Campaña de Cuaresma 2025
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En el Evangelio del día, Jesús nos invita a confiar en lo que Él nos ofrece. Las cosas materiales como el éxito, la fama o el dinero se quedan en la Tierra; pero lo que verdaderamente hace eco en la eternidad son nuestras acciones y lo que hay dentro de nuestro corazón.
El mundo nos enseña a aferrarnos a lo que tenemos, a buscar la seguridad y la comodidad. Sin embargo, Jesús nos llama a desprendernos, a confiar en que lo que Él nos ofrece es mucho más grande que lo que dejamos atrás.
En la reflexión que el padre Giovanni hace, nos comparte:
¿Vale la pena dejarlo todo por Jesús?
Pedro, después de escuchar a Jesús hablar sobre el desprendimiento, le dice:
"Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido."
Parece que Pedro está buscando una confirmación. Se ha arriesgado, ha renunciado a su vida anterior, y ahora quiere saber si realmente vale la pena.
Jesús le responde con una promesa increíble:
"Nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o tierras por mí y por el Evangelio dejará de recibir en esta vida el ciento por uno: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque con persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna."
Aquí hay algo clave: Dios no se deja ganar en generosidad.
Quien renuncia por Él, recibe mucho más. Pero Jesús no oculta la verdad: el camino no será fácil. Habrá persecuciones, pruebas, desafíos.
El mundo nos enseña a aferrarnos a lo nuestro, a buscar la seguridad y la comodidad.
Jesús nos enseña lo contrario: el que se desprende por el Reino, recibe mucho más de lo que deja.
Pero hay un giro inesperado al final:
"Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos serán primeros."
Dios no juzga según la lógica del mundo. El éxito, la fama o la riqueza no garantizan la verdadera grandeza.
En el Reino de Dios, los que parecen pequeños aquí, serán los grandes allá.
¿Estás dispuesto a confiar en que Dios tiene algo mejor para ti?
Si sigues a Jesús de verdad, nunca perderás, siempre ganarás.
