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El perfil genético de los pueblos del Pirineo puede estar determinado por los límites establecidos por los obispados de esa zona, además de por las montañas y otros factores. Lo indica una investigación de la Universidad de Lérida y el Instituto de Investigación Biomédica de Lérida, en colaboración con la Universidad de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Los investigadores han realizado un exhaustivo análisis informático de datos genéticos de 435 personas con padres y abuelos nacidos en el Pirineo.
Y han concluido que “el obispado puede actuar en la configuración de la variación genética de las áreas rurales”.
Lugares de relaciones sociales
En el Pirineo, “los antiguos centros urbanos de ciudades y pueblos con sedes episcopales son la primera ubicación de mercados o ferias”, explica el artículo.
En este sentido, “ciudades como La Seu d'Urgell (obispado de Urgel), Besalú (obispado de Gerona), Berga (obispado de Solsona) o Vic (obispado de Vic) han documentado mercados o ferias desde los siglos XII y XIII”.
“En las zonas rurales, los mercados y las ferias actúan como un espacio de sociabilidad que promueve los contactos personales entre familiares y conocidos”, continúa.
“Se establecieron o renovaron relaciones sociales, se establecieron contratos laborales y se concertaron matrimonios”, añade.
La fuerza de los obispados
Los investigadores consideran los obispados como “los marcos de organización territorial más representativos, históricamente muy estables y cohesionados, y necesariamente bien adaptados a las fuertes condiciones geográficas que marcan el entorno pirenaico”.
“La división social que ha imperado a lo largo de la historia es la división que deriva de los obispados”, explica uno de los investigadores del equipo, Joan Fibla Palazón.
Este biólogo afirma que la Iglesia como elemento de socialización ha influido en el perfil genético diferenciado de esos pueblos, más incluso que otros factores como la orografía, las comunicaciones o las migraciones.
Comparando información genética de personas de las diócesis de Urgel, Solsona, Lérida y Vic, concluye que “individuos del mismo obispado tienen más genoma compartido que individuos de dos obispados distintos”.
Según el estudio, “la subestructura micropoblacional del Pirineo catalán se explica mejor a través de las estructuras de organización geohistórica (religiosa)”.
Fibla apunta a Aleteia que el análisis genético de la población “nos está permitiendo reinterpretar la historia”.
Los resultados del estudio, financiado por la Diputación de Lérida, están resumidos en un artículo de Frontiers in Genetics.