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Corría el año 1876 y Estelle Faguette, una joven criada al servicio de una gran familia que vivía cerca de la iglesia de Pellevoisin, en la región de Indre, Francia, se estaba muriendo. Como última esperanza, clamó a la Santísima Virgen María y le suplicó que la perdonara.
A principios de febrero, en pleno invierno, la enésima visita del médico dejó a la joven de 32 años con pocas esperanzas: estaba segura de que moriría pronto. Contra todo pronóstico, la Reina del Cielo respondió a su plegaria antes de acudir ella misma a su cabecera el 14 de febrero de ese mismo año. Le dijo que se curaría.
Estelle, como buena cristiana y ante la afirmación del médico, se había resignado sin embargo a morir.
"Pero mi buena Madre, si pudiera elegir, me gustaría morir estando bien preparada. ¡Ingrata! -replicó en seguida María-, si mi Hijo te da la salud, es porque la necesitas. ¿Qué ha dado al hombre más precioso que la vida?"
Cinco días después, Estelle estaba completamente curada y dio un exvoto a la iglesia parroquial. La pequeña placa conserva las palabras dictadas por la Madre de Dios: "Invoqué a María en el colmo de mi miseria. Ella me obtuvo de su Hijo mi curación completa".
Las 15 apariciones
Las apariciones de Pellevoisin tuvieron lugar entre el 14 de febrero de 1876 y el 8 de diciembre del mismo año. María se apareció a una joven, Estelle Faguette, que sufría una enfermedad terminal al comienzo de las apariciones y fue curada en la quinta aparición (19 de febrero).
María Santísima se presenta como “la Todo Misericordiosa” (tercera aparición) y luego le dice a Estelle que ha venido para “la conversión de los pecadores” (séptima aparición) y para “los pequeños y los débiles” (decimotercera aparición).
Presenta a Estelle (novena aparición) el escapulario que lleva, en el frente, el corazón de su Hijo. Posteriormente, con el acuerdo de Roma, aparecerá al otro lado una imagen de María.
Este es el núcleo central de las apariciones: la “Omni-misericordiosa” conduce al corazón de su Hijo, fuente de misericordia . María nos invita a orar más especialmente por la Iglesia y por Francia (undécima aparición), hasta completar quince apariciones.
El reconocimiento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe
Después de muchos años, finalmente el 30 de agosto de 2024, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe dio su “nihil obstat” a la devoción mariana de Pellevoisin, en una carta enviada por el cardenal Víctor Manuel Fernández al arzobispo de Bourges, en que le ha expresado:
"Excelencia, no solo puedo afirmar que no existen objeciones doctrinales, morales o de otra índole a este acontecimiento espiritual, y que los fieles "pueden dar su asentimiento con prudencia" (Normas , art. 22, 1), sino que por el contrario la devoción en este caso, ya floreciente, se recomienda especialmente a quienes quieran adherirse libremente a ella".