Habiendo alcanzado el éxito en muchos sentidos, Dios le mostró que sus planes para él eran aún más grandes. "En política todo se trata de nosotros: del candidato, de programas, del partido. Y en el sacerdocio todo se trata de Cristo"
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El Padre Rafael Becerra González, de Tepatitlán, Jalisco, estudió en el Seminario de la Asunción, en San Antonio, Texas, ordenado sacerdote lejos de su patria, hoy cumple uno de sus sueños más grandes al servir a Dios y a su rebaño en suelo norteamericano, muy lejos quedó la política en México.
Muchos estudios
A Rafael le gusta estudiar. Hizo una carrera técnica de contador privado. En la Universidad de Guadalajara, estudió Negocios Internacionales. Adicionalmente, la carrera de Comunicación, una maestría en Política y Gestión Pública en el ITESO, un diplomado en Administración Pública Municipal, y un curso en Londres por el Leadership Institute.
"En el Seminario estudié la carrera de Filosofía y Letras, y actualmente estoy terminando un dual degree en Teología, que aquí llaman maestría en Artes y maestría en Divinidad".
Dos vocaciones
Desde que tenía 7 años estaba muy involucrado en su parroquia, y cuando Juan Pablo II visitó la diócesis de San Juan de los Lagos, en 1990, Rafael, al verlo en televisión, tuvo su primer llamado vocacional y dijo: "Yo quiero ser como él".
Por un tiempo olvidó esa vocación, sintiendo un llamado hacia la política.
En un partido conservador
"Busqué en los partidos políticos cuál podía coincidir más con los valores que yo tenía. Descubrí que había uno que había sido fundado en los principios de la doctrina social de la Iglesia, y que uno de sus fundadores, Efraín González Luna, había sido discípulo del beato Anacleto González Flores".
Se hizo miembro activo de ese partido, que era el partido conservador del país en aquel momento.
"Un candidato me invitó a participar en su campaña, y yo era el que lo presentaba abriendo los mítines. Ganó la presidencia municipal y me invitó a crear y coordinar el Instituto Tepatitlense de la Juventud".
Rafael empezó sin oficinas, vehículo o presupuesto, pero logró hacer uno de los mejores institutos de la juventud del país: "Hacíamos concursos de arte, oratoria y música. Hicimos la primera feria del empleo; ferias universitarias; cursos de formación para estudiantes y otros para papás. Conseguíamos descuentos para jóvenes con la tarjeta Poder Joven".
El gobierno estatal hizo a Rafael coordinador de los institutos municipales juveniles. "Formamos 60 institutos municipales de la juventud en el estado".
El gobernador quería transitar hacia un modelo de gobernanza que trabajara siempre de mano de los ciudadanos, y a través del Coordinador General, invitaron a Rafael para ser el Jefe de la Oficina de Concertación Social, que hizo estas cuatro cosas que se convirtieron en modelo nacional:
"Impulsamos el tema de la participación ciudadana, con 640 mesas de diálogo en nivel estatal, regional y municipal. Hicimos el Observatorio Ciudadano, en el que el gobernador informaba cada tres meses su desempeño, y la gente lo podía evaluar en tiempo real. Impulsamos el presupuesto ciudadanizado, en que los ciudadanos podían decidir en qué rubros debería utilizarse. Logramos ciudadanizar como 14 mil millones de pesos".
Y, para formar ciudadanía, "impulsamos lo que se llamaba Liderazgo Trasformador, cursos de liderazgo básico para ciudadanos".
Bien común y santificación
Rafael opina que la política es una vocación altísima en la que se trata de hacer el bien común. Él buscaba llevar los valores del Evangelio al gobierno. "Siempre tuve la convicción de que Dios me llamaba a hacer eso, y yo quería santificarme en ese lugar".
Pero Dios tenía otros planes. "Yo era exitoso en muchos sentidos: tenía una novia con la que me iba a casar, un buen trabajo y sueldo, un programa de televisión en el canal católico del país, y dos programas de radio".
Sin embargo, "en 2014 sentía que ya había cumplido todo lo que Dios me pedía, así que le pregunté: '¿Qué mas quieres que haga?'; y entonces Él me llamó a algo que en ese momento yo no quería: al sacerdocio". Después de un tiempo de discernimiento, Rafael le dijo al Señor: "Si Tú quieres, yo quiero".
"No perdí nada, gané todo"
Concluye que, al dejar todo lo que tenía, gano todo.
"No perdí nada, gané todo. En política todo se trata de nosotros: del candidato, de programas, del partido. Y en el sacerdocio todo se trata de Cristo, para que Él, que es el que salva, nos salve".