Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La infancia es una época emocionante y despreocupada de la vida. Los niños pasan tiempo jugando juntos en la naturaleza, saltando en charcos, observando mariposas o animales, riendo y revolcándose por el suelo. Pero esta infancia ideal a menudo se ve socavada. Los niños se ven cada vez más abrumados por sentimientos de aislamiento e insatisfacción, y a menudo se sienten presionados y ansiosos.
Desde muy pequeños, están expuestos a la presión del éxito, a la competencia y están rodeados de estímulos constantes de los que no pueden escapar, lo que les hace sentirse emocionalmente abrumados.
Se encuentran constantemente como si estuvieran en un escenario, sin posibilidad de bajarse. ¿Contribuyen los padres inadvertidamente a esta ansiedad con expectativas poco razonables? ¿Qué podemos transmitir a nuestros hijos para que sepan hacer frente a las presiones de la vida? He aquí cuatro ideas.
1PONER LÍMITES AL ÉXITO
Los padres suelen querer que sus hijos triunfen donde ellos mismos han fracasado y evitar a toda costa sus propios errores. A veces están tan motivados por el éxito de sus hijos que pueden transmitirles inconscientemente su ansiedad.
Al comunicar este deseo, pueden dar a sus hijos la impresión de que su valor depende únicamente de su éxito y que, para ser queridos, deben cumplir sus expectativas.
Aunque obviamente es muy bueno querer fomentar lo mejor de sus hijos, también es necesario establecer límites sanos y razonables para que no vivan bajo la presión y el mandato de triunfar a toda costa.
2MEJORAR SU CARÁCTER
Para muchas personas, parece que el éxito es mucho más importante que el carácter, ya sea en los estudios, el deporte o las numerosas actividades extraescolares. Como padre, es importante enseñar a los hijos que estos logros son secundarios y menos importantes que su personalidad.
A los niños hay que valorarlos sobre todo por sus cualidades, como su bondad o su honradez, su benevolencia o su coherencia, y es necesario ayudarles a crecer en estas virtudes, porque lo que realmente cuenta no son sus éxitos externos, sino lo que son por dentro.
3amarlos
Es importante que los niños comprendan que sus padres no los ven como un proyecto a perfeccionar, sino como personas a quienes amar. Es necesario que pasen tiempo de calidad con ellos solo jugando o hablando, y no siempre haciendo deporte o llevándolos a actividades.
También es necesario hacerles entender que no pueden sobresalir en todo: teatro, música, matemáticas, idiomas. Deben dar lo mejor de sí mismos, pero serán buenos en ciertos aspectos y menos hábiles en otros… Y eso no cambia el amor que les tienen sus padres.
4PROPORCIONARles UNA BASE ESPIRITUAL
Cuando los niños miran hacia Dios, pueden superar sus ansiedades. En efecto, sabiendo que hay un Dios que los creó y que los ama pase lo que pase, se sentirán valorados, libres para ser ellos mismos y tomar la dirección que deseen. Al integrar esta verdad fundamental, podrán aceptar los éxitos y "fracasos" de sus vidas con facilidad y vivir más felices.
Al llevarlos a la iglesia y orar con ellos, los padres permiten que sus hijos desarrollen una relación con Dios que dejará un lugar real a la esperanza y que disipará todas sus ansiedades. La ansiedad ocurre cuando perdemos de vista quiénes somos y hacia dónde vamos. Entonces es importante volver a la verdad fundamental: somos amados por Dios por lo que somos.