Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El 18 de noviembre se conmemora el Día Mundial contra la Explotación, Abuso y Violencia Sexual contra los menores; y en 2016, el Santo Padre pidió a las Conferencias Episcopales Nacionales que eligieran "un día apropiado en el que orar por los supervivientes y las víctimas de abuso sexual como parte de la iniciativa de la Jornada Universal de Oración" (Comunicado de prensa).
En el mismo documento, se pone de manifiesto que:
"La Comisión cree que la oración es parte del proceso de curación de los supervivientes y de la comunidad de los creyentes. La oración pública es también una forma importante de demostrar la mayor toma de conciencia en la Iglesia".
Como respuesta, muchos países incluyeron en sus calendarios litúrgicos un día de oración con esta intención.
3er Congreso Latinoamericano de vulnerabilidad y abuso
En América Latina, el Consejo Latinoamericano del Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección del Menor (CEPROME) tendrá su Tercer Congreso Latinoamericano "Vulnerabilidad y Abuso", con sede en Panamá, durante los días 12, 13 y 14 de marzo.
Dentro de su programa, incluirán una jornada de oración por las víctima de abuso, destacando que se trata de proteger a todas las personas vulnerables, poniendo énfasis en niños, niñas y adolescentes.
Oración por las víctimas
En su portal de internet, la Comisión diocesana para la Protección de los Menores de la Diócesis de San Juan de los Lagos, publicó esta oración para pedir por las personas que han sufrido abuso sexual, con la que podemos unirnos durante este mes a la Jornada de oración:
Padre santo, que cuidas con amor solícito de tus hijos e hijas, especialmente de los más pequeños y vulnerables, te encomendamos las vidas de tantos niños, niñas y adultos vulnerables, que han sido abusados sexualmente, decepcionando su confianza y destruyendo su candor. Ayúdanos a escuchar sus gritos de dolor y a asumir la responsabilidad de tantas vidas destrozadas. Que ellos y ellas puedan encontrar la comprensión y el apoyo por parte de sus comunidades y de sus familias, para que con la ayuda de tu gracia logren sanar sus heridas y recuperar la paz.
Por Jesucristo Nuestro Señor, tu Hijo, que compartió nuestras debilidades en todo menos en el pecado, y vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.