El Papa Francisco visitó la parroquia romana de San Pío V este 8 de marzo, para dar comienzo a las "24 horas para el Señor" anuales, una iniciativa cuaresmal que estableció con el objetivo de mantener las iglesias abiertas durante un día entero para que los fieles puedan encontrar el sacramento de la confesión, independientemente de sus horarios.
El Santo Padre habló de "vida nueva", que es el tema del evento de este año.
"Hermanos y hermanas -dijo el Papa Francisco-, ¿cuál es el camino para retomar la senda de la vida nueva? Es el camino del perdón de Dios".
El perdón de Dios "nos recompone… nos limpia por dentro, devolviéndonos a la condición de nuestro renacimiento bautismal".
Pero, dijo el Papa, aunque es necesario que tengamos un corazón abierto y contrito -como el leproso que gritó a Jesús: "Si quieres, puedes limpiarme"-, nuestros propios esfuerzos no son suficientes. "Solo Dios conoce y sana el corazón; sólo Él puede librarlo del mal".
El Santo Padre señaló que la vida cristiana es un camino, y que podemos distraernos del verdadero objetivo de nuestra peregrinación por demasiadas cosas mundanas.
Hemos oído que san Pablo asocia la vida nueva a un verbo: caminar. Así pues, la vida nueva, iniciada en el Bautismo, es un caminar. Y en eso no hay jubilación. Nadie en este camino se retira; siempre se avanza
El Señor quiere ayudarnos, aseguró el Papa:
"Nos quiere renovados, libres, ligeros por dentro, felices y en camino, no aparcados en los caminos de la vida. Él sabe lo fácil que es para nosotros tropezar, caer y quedarnos en el suelo, y quiere volver a levantarnos."