El mundo atraviesa por una crisis alimentaria que, debido al contexto político, social y climático, ha aumentando exponencialmente. William Becerra, asesor nacional de compromiso hispano de la CRS comparte un panorama sobre el problema y la iniciativa estadounidense que buscan crear soluciones para los más necesitados.
La iniciativa Plato de arroz, impulsada por la agencia humanitaria Catholic Relief Services (CRS) -de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos- está por conmemorar los 50 años de su programa de Cuaresma, cuyos recursos recaudados han llegado a los 120 países del mundo donde Catholic Relief Services tiene presencia, ayudando a más de 250 millones de personas.
La iniciativa Plato de arroz surgió en 1975, en las parroquias de Pensilvania y, un año más tarde, los obispos del país adoptaron la iniciativa con motivo del 41° Congreso Eucarístico y crearon una operación de escala nacional.
William Becerra, asesor nacional de compromiso hispano, asegura que "cincuenta años después, Plato de Arroz de CRS es una tradición para millones de católicos en Estados Unidos, que continúan respondiendo al llamado de apoyar a las familias que padecen hambre en todo el mundo" y comparte que cerca de 13 mil parroquias y escuelas católicas de todo el país participaron en Plato de Arroz el año pasado.
800 millones de personas padecen hambre… y pronto podrían ser más
En un mundo en el que más de 800 millones de personas padecen hambre, la cifra podría aumentar a consecuencia de las guerras, el cambio climático, la migración y el desplazamiento de personas, el reciente impacto económico de la pandemia y el incremento desmedido del costo de los alimentos.
Tanto gobiernos como organizaciones humanitarias trabajan por atender la situación, pero la magnitud del problema hace que sus esfuerzos sean insuficientes.
Por ello, en México y Venezuela la CRS trabaja, en alianza, para atender a los migrantes; en Centroamérica dirige programas de agricultura y seguridad alimentaria para que los pequeños agricultores logren cultivos más resilientes al cambio climático; debido a las guerras en Ucrania y la Franja de Gaza, también colaboran con Cáritas para paliar la falta de alimentos; África, Afganistán y Sudán se unen a la lista también.
Colaborar con el exterior sin olvidar a los más cercanos
Los donativos de católicos y personas de buena voluntad que apoyan la iniciativa con sus limosnas de Cuaresma se utilizan para llevar esperanza a los rincones más necesitados del mundo. Desde su inicio, Plato de Arroz ha donado más de 330 millones de dólares; de los cuales, más de 82 fueron destinados a programas de comunidades locales y el resto se destinó a programas en diferentes naciones.
Conscientes de que cada comunidad parroquial tiene sus propias necesidades, el 25 % de lo recaudado se devuelve a cada diócesis para permitir que resuelvan sus necesidades más apremiantes y para que sus programas sociales continúen operando.
"Esta decisión ha tenido un impacto significativo en las comunidades, ya que permite que las parroquias locales aborden desafíos específicos que enfrentan sus feligreses y vecindarios".
Fe en acción
50 años después de su creación y viviendo el tiempo litúrgico de la Cuaresma, William Becerra considera que estamos en el momento perfecto para poner la fe en acción y fortalecer la solidaridad global.
"Esta iniciativa no solo nos anima a compartir nuestros recursos con los más pobres, sino que también nos recuerda la importancia de estar unidos como comunidad de fe, trabajando juntos para construir un mundo más justo y compasivo para todos".
Los donativos pueden realizarse en su página web y las oraciones, por el proyecto y las comunidades necesitadas, pueden hacerse desde cualquier parte del mundo y en cualquier momento. Sin embargo, para las personas que viven en Estados Unidos, existen las Comunidades de solidaridad, que permiten a las personas aportar su servicio y oración mientras aprenden y suman fuerzas para erradicar la pobreza e injusticia social.
"A través de estas comunidades, los católicos reconocen su papel como catalizadores del cambio global y reciben formación y apoyo".