El Adviento está avanzando, cada vez estamos más cerca de celebrar la Navidad; el calendario litúrgico nos indica que debemos hacer un alto de cuatro semanas para meditar sobre el acontecimiento salvífico que nos devolvió la amistad de Dios.
El Catecismo de la Iglesia católica nos dice:
Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida (cf. Ap 22, 17). Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya" (Jn 3, 30) (CEC 524).
Por eso , el papa Benedicto XVI nos regaló dos sencillas palabras que nos indican, en tiempo presente, que Dios nos ama y no abandona a su pueblo. Sin embargo, respeta en extremo nuestra libertad.