En Marsella, se espera que el Papa aborde la cuestión de los migrantes, hilo conductor de su pontificado desde su viaje a la isla de Lampedusa en 2013. Refiriéndose a su visita a Marsella el 17 de septiembre, el pontífice aludió a los miles de migrantes que habían desembarcado recientemente en la pequeña isla italiana, foco de atención mediática en los últimos días.
La cuestión migratoria es un desafío "esencial para el futuro de todos, que solo será próspero si se construye sobre la fraternidad", advirtió. También pidió que la acción política ponga "en primer lugar la dignidad humana de las personas concretas, sobre todo de las más necesitadas".
Otro eje del pensamiento del Papa sobre las migraciones fue recordado en su mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, que se celebrará el 24 de septiembre. En él, el Papa defiende también el "derecho a no emigrar", invitando a afrontar la tragedia de las migraciones yendo a la raíz del problema.
En el Elíseo, las declaraciones del Papa sobre este tema no han causado ninguna inquietud. Incluso creen que "el Papa es un valioso apoyo" para Francia a la hora de encontrar una solución europea a los problemas migratorios.
La cuestión de la eutanasia
Otro tema de actualidad podría salir a relucir durante este viaje: la eutanasia. El proyecto de ley que autoriza la "asistencia activa a la muerte" debía presentarse a finales de verano, pero fue aplazado tras la visita del Papa. El Elíseo insiste en que la visita del Pontífice no tuvo nada que ver con el aplazamiento, que al parecer se debió a problemas de calendario parlamentario.
Durante su visita a Portugal el pasado mes de julio, el Papa argentino no dudó en aludir a la reciente ley que despenaliza la eutanasia en ese país y criticó a un Occidente que lucha por acoger la vida humana. "¿Adónde vais si, ante el dolor de vivir, ofrecéis remedios precipitados y equivocados, como el fácil acceso a la muerte, una solución fácil que parece dulce, pero que en realidad es más amarga que las aguas del mar?", exclamó.
Emmanuel Macron, que ya había planteado el tema del final de la vida al Papa durante su último encuentro en el Vaticano, pudo escuchar de nuevo la posición del jefe de la Iglesia católica el sábado durante su reunión a puerta cerrada.
Inseguridad y corrupción
El tema de la inseguridad, la droga y la corrupción también podría cobrar protagonismo en Marsella durante la visita de Francisco. En Nápoles, otra ciudad mediterránea que en algunos aspectos puede compararse a Marsella, el Papa hizo un apasionado llamamiento contra la delincuencia, corrupción y violencia mafiosas durante una visita en 2015.
"Como un animal muerto apesta, la corrupción apesta, una sociedad corrupta apesta", exclamó, pidiendo una acción concertada de la sociedad civil y los políticos para combatir esta lacra. Este tema, sobre el que el pontífice no duda en comprometerse en el extranjero -como durante su visita a Mongolia a principios de mes-, podría aparecer en uno de sus discursos.
Ecología y cambio climático
En el Elíseo se presta especial atención al discurso del Papa sobre cuestiones ecológicas, uno de los temas principales de los Encuentros mediterráneos. El entorno del Presidente ha mostrado gran interés por el "seguimiento" de la encíclica sobre ecología integral, Laudato si', que el Papa publicará el 4 de octubre.
La Santa Sede ha confirmado que la ecología es uno de los temas del viaje. En la presentación de la cumbre de Marsella, el cardenal Aveline subrayó la importancia de reflexionar sobre este tema. Citó los recientes incendios en Grecia y las inundaciones en Libia como ejemplos de las catástrofes a las que está expuesto el Mediterráneo como consecuencia del cambio climático.