"Me ha hecho bien encontrarme con el pueblo mongol, que aprecia sus raíces y tradiciones, respeta a sus ancianos y vive en armonía con el medio ambiente", dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del 6 de septiembre de 2023, al regreso de su viaje a Mongolia, donde permaneció del 1 al 4 de septiembre. En la soleada Plaza de San Pedro, invitó a seguir el ejemplo de la espiritualidad tradicional mongola mirando "hacia arriba, hacia la luz del bien".
En Mongolia, "lejos de los focos", hay "a menudo signos de la presencia de Dios", dijo el Papa para explicar su visita a este país donde la comunidad católica es muy pequeña: menos de 2 mil personas. Dijo haber encontrado "una Iglesia humilde y alegre, que está en el corazón de Dios", y que propone una "universalidad encarnada" al servicio de las personas y de Dios.
El Pontífice alabó la grandeza de la evangelización silenciosa y no proselitista que se está llevando a cabo en Mongolia, realizada por "misioneros de diferentes países que se sienten en sintonía con la gente, felices de servirles y de descubrir la belleza del lugar". "¿Cuántas semillas de bondad, en la sombra, están haciendo germinar el jardín del mundo, cuando todo lo que solemos oír es el ruido de los árboles que caen?"
El Papa, que se reunió con los principales líderes religiosos de Mongolia en un encuentro interreligioso, alabó la gran tradición budista y la sabiduría que emana de este país, "el corazón de Asia". "Es bueno dialogar con este gran continente, captar sus mensajes, conocer su sabiduría, su manera de ver las cosas, de abrazar el tiempo y el espacio".
Inspirado por las "extensiones ilimitadas y silenciosas de Mongolia", el Papa exhortó a los católicos a "ensanchar los límites de [su] mirada, para ver el bien en los demás y poder ampliar [sus] horizontes", sin encontrarse "prisioneros de las pequeñas cosas". Por último, dio las gracias a los mongoles y, en particular, a su presidente, Ukhnaagiin Khürelsükh, por su acogida.