El Eras Tour de Taylor Swift ha sido un éxito por muchas razones… pero aquí no vamos a hablar de sus ventas, vestuario o puesta en escena, si no del gran gesto que tuvo con todos los conductores que día y noche trabajan para que ella pueda llevar su show de una ciudad a otra.
La cantante le dio a cada uno de los trabajadores un bono de $100,000 dólares (un total de $55 millones entre, no solo sus conductores, sino también bailarines, técnicos de sonidos, entre otros); una cifra inusual para cualquier artista, que suelen dar bonos de —máximo— $10,000 por trabajador.
Los conductores creían que se trataba de una broma y el dueño de la empresa de camiones para la que trabajan, Mike Scherkenbach, le dijo a la revista Rolling Stone que fue un gesto que les cambiará la vida, pues algunos usarán esa cifra para comprar su primer hogar, para poder enviar a sus hijos a la universidad o para costear algún tratamiento de salud de un familiar.
Asimismo, Scherkenbach afirmó que no es la primera vez que ella tiene un gesto de reconocimiento con sus conductores, ya que también cuando hizo un documental para Netflix de su anterior gira, los puso en los créditos.
"Los comentarios que leo que más me molestan son los que comparan el dinero que dio con lo que ella gana. Eso es irrelevante. Hay mucha gente rica que decide no compartir ni un centavo. Nosotros trabajamos con mucha gente de dinero y esto no es la norma", le confesó a la publicación.
Además, la cantante no solo se limitó a darles esta gran suma de dinero, sino también le escribió notas a mano a cada uno para agradecerles por su labor y hacer posible su gira de conciertos. Fue su padre, Scott Swift, quien entregó los sobres que contenían los cheques y las notas, agradeciéndoles él personalmente también por su trabajo.
Un ejemplo para nuestra vida:
Sin duda, este es un ejemplo que nosotros mismos podemos seguir en nuestras vidas. Aunque no tengamos esa cantidad de dinero —y tampoco podamos dar un bono extra a quienes trabajen para nosotros (desde la persona que ayuda en el hogar, una enfermera, los repartidores de nuestros pedidos por Internet, las maestras, etc)— sí podemos tomarnos el tiempo de hacerles una nota a mano para agradecerles lo que hacen por nosotros o nuestros seres queridos.
Y de ser posible, quizá no dinero, pero sí dar algún detalle como unas galletas hechas por ti o compradas, una botella de agua fría al repartidor que llega a tu puerta, unas medias lindas y calientes para la enfermera que pasa largos turnos en el frío del hospital… hay muchas opciones y el reconocimiento es lo que más vale.
Quizá hay quienes pensarán: "No tengo que darles nada extra, para eso les pago". Pero la gratitud es una de las virtudes más importantes. Como una vez dijo Santa Teresa de Ávila: "Si las almas son humildes, se sentirán movidas a dar gracias".
Practicar el agradecimiento diario no solo es aquel donde damos gracias internamente por lo que tenemos, sino también consiste en expresarlo y mostrarlo a los demás. Imagina que Dios también te dijera: "Ya yo te perdoné el pecado original, no tengo que darte la gracia o favor que me pides".
Además, las personas agradecidas son más propensas a responder con gratitud a una gama más amplia de escenarios y reconocer la beneficencia de sus propias vidas. También tienen mejores relaciones con el prójimo, son más felices y positivas, menos egocéntricas y, sobre todo, más cercanas a Dios.
"Si somos portadores de gratitud, también el mundo se vuelve mejor; quizá solo un poco, pero es suficiente para transmitirle un poco de esperanza".