«La situación humanitaria que se vive en la zona es muy compleja, hay cerca de mil personas varadas, en condiciones muy precarias, mujeres embarazadas con síntomas de pérdida, niños pequeños con graves problemas de salud y descompensación. No cuentan con servicios higiénicos y algunos pocos tienen toldos o carpas para cobijarse de los extremos cambios de temperatura que se generan entre el calor del día y el gran frío por las noches», señala el sacerdote.
Según sus estimaciones, de los extranjeros que se encuentran en el paso, cerca de un 60% corresponden a ciudadanos venezolanos, un 15% a colombianos, otro 15% a haitianos y el resto a otras nacionalidades.
«Ellos se sienten atrapados, están desesperados al no poder continuar camino y retornar a sus países de origen, al mismo tiempo, muy expectantes de los anuncios que realizan las autoridades de sus países y que van conociendo por la prensa. A mi juicio, lo más grave en esta emergencia es la gran vulneración de derechos que están teniendo los niños principalmente».
Caminos de solución
Sobre qué caminos son los que se deberían seguir para entregar una solución concreta a estos grupos de personas extranjeras, el capellán del SMJ señala:
«Hay dos temas de fondo que se deben trabajar. El primero, es esta grave situación humanitaria que viven estos migrantes y que, en una primera respuesta, se ha estado atendiendo por parte de diversas organizaciones de la sociedad civil que han provisto de agua, alimentos y artículos de primera necesidad, pero esto no puede recaer solo en estas instituciones, el Estado debe hacerse cargo y responder a las urgencias que tienen estos grupos que se encuentran de lado chileno. El segundo, tiene que ver con la salida de estas personas del país y en ese sentido, se ve una luz de avance en el anuncio de que habría un corredor humanitario para los que quieren retornar a su país».
Llamado a trabajar soluciones reales
«Hay que tener mucho cuidado con creer que la respuesta para ordenar los flujos y tener una migración ordenada, segura y regular, se consigue solo con medidas restrictivas, porque está probado que eso sirve en las emergencias, pero a la larga genera otros problemas como es el tráfico de migrantes, uso de rutas más peligrosas en sus trayectos, etc. La militarización no es viable en un largo plazo y el Estado no puede taparse los ojos ante esto. Se deben buscar medidas que no solo respondan al clamor popular, sino que entregar condiciones a ciertos grupos que llevan más tiempo en el país».
Sobre cuál podría ser una solución viable, el representante del SMJ expresa lo siguiente: «Un buen ejemplo es el caso de Colombia, donde el gobierno otorgó una visa por diez años a más de un millón de migrantes, lo que ha traído más seguridad, formalidad, orden, que aporten pagando impuestos y ha permitido integrarlos a la sociedad, algo que está muy lejos de lo que sucede en nuestro país».
«El llamado que hago es hacer el esfuerzo y hablar en serio de migración, trabajar por contar con soluciones reales, de largo plazo porque claramente un tema tan complejo y tan profundo como este, no se va a solucionar con estados de emergencia. Es un tema que debe ser enfrentado con visión de Estado y para ello es necesario contar también con apoyos transversales, finaliza el capallán del SMJ.
Retorno a la patria
En tanto, este jueves 4 de mayo, el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, confirmó que un avión venezolano repatriará a los migrantes que están varadas en Chacalluta.
«Quiero confirmar la llegada de un avión venezolano al aeropuerto de Arica para recoger a un grupo bastante importante de migrantes venezolanos que están justamente varados en la frontera. Esto es parte del Programa de Retorno a la Patria que impulsa Venezuela. Yo quiero subrayar también la buena disposición que hemos encontrado por parte del gobierno venezolano a través de su canciller, con quien he estado permanentemente en contacto», señaló.
El avión llegará en la madrugada del domingo 7 de mayo a territorio nacional y forma parte de un programa de repatriación del gobierno de Venezuela.