La dictadura nicaragüense ha querido responder a las presiones internacionales sobre el encarcelamiento del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, mostrando una serie de fotografías de ambiente distendido en las que el obispo departe con dos de sus hermanos.
Tras 43 días de cárcel en «La Modelo» (Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro, de Tipitapa), delgado y pálido, el obispo, vistiendo el uniforme azul reglamentario, recibió a sus hermanos por vez primera desde que fuera condenado a 26 años de cárcel por «traición a la patria» y otros delitos absurdos.
Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, trataron, con esta sesión fotográfica de acallar los rumores de que el obispo de Matagalpa no estaba en «La Modelo» o, incluso, que sus condiciones de salud habían empeorado a tal nivel que fuese probable que hubiera perdido la vida. Desde el 10 de febrero pasado, nadie lo había visto.
Sus hermanos Vilma y Manuel Álvarez Lagos fueron los que pudieron visitarlo, con la venia de las autoridades penitenciarias, obviamente dirigidas por el matrimonio Ortega-Murillo. El montaje incluyó unas declaraciones del obispo Álvarez al Canal 4, televisión oficial del sandinismo.
La sonrisa y el coraje
En pantalla, el prelado nicaragüense responde al ser preguntado cómo está: «Gracias a Dios bien, con mucha fuerza interior, con mucha paz en el Señor y la Virgen santísima». Agregó que ha tenido un trato digno y agradeció a las autoridades del Sistema Penitenciario Nacional.