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Esta forma de salir a la calle es nueva, pero no insólita. De hecho, en algunos pueblos era -y aún es- relativamente normal, sobre todo entre la gente mayor, salir de casa en ropa de cama, abrigados con la bata y en zapatillas.
Este comportamiento entraba dentro de la naturalidad de la vida y las relaciones que se establecían en un pueblo: la gente barría la entrada de su casa, hablaba con los vecinos más próximos o se acercaba a comprar el pan, en pijama. Era algo esporádico, lo que llamamos un «sube-baja».
Visto en las ciudades
Sin embargo, lo que sí es novedoso es que esta anécdota se haya convertido en los últimos meses en algo habitual. Sobre todo, en grandes ciudades. Allí donde nadie te conoce y la vida es más impersonal y el ritmo más acelerado.
Parece que, en países como China o India, sobre todo durante la pandemia, mucha gente adoptó esta manera de vestir: vivir la comodidad del hogar, pero a vista de cualquiera.
Por las calles de París
Pero ha sido en París, cuna mundial de la moda y el buen gusto, donde ha empezado a ser «normal» ver a jóvenes ataviadas con pijama, bata y zapatillas por sus calles y avenidas glamurosas.