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Hilary Ross: La religiosa que descubrió un tratamiento contra la lepra

HILARY ROSS

Daughters of Charity Provincial Archives

Sandra Ferrer - publicado el 10/02/23

Pionera en bioquímica, estuvo casi cuatro décadas estudiando y cuidando a pacientes de la enfermedad de Hansen

La lepra, o enfermedad de Hansen, es una de las enfermedades más terribles que se conocen. En ciertas épocas, las epidemias de lepra mermaron a la población y hasta hace muy poco, no se conocían ni sus orígenes ni la manera de curarla.

Estar junto a los leprosos era una labor que casi nadie quería asumir. Todo aquel que podía, se alejaba de las leproserías, en las que los enfermos y sus familiares eran condenados al ostracismo. Pero siempre en la vida historias de esperanza. Esta es la historia de una de ellas, de una mujer que se convirtió al catolicismo y demostró que su fe era, no solo sincera, sino comprometida.

Su nombre real era Mary. Había nacido en California el 6 de octubre de 1894, en el seno de una familia protestante. Mary era la segunda hija de siete hermanos. Su vida cambió de la noche a la mañana cuando en 1905 su padre falleció en un trágico accidente. Aún lloraban su muerte cuando San Francisco, donde vivía con su madre y sus hermanos, sufrió un terrible terremoto. La familia de Mary lo perdió todo y tuvieron que empezar de cero. Ella tuvo que abandonar los estudios y buscar un trabajo en una tienda como dependienta para poder ayudar a los suyos.

Fue en esta época que Mary conoció a un compañero de trabajo que la invitó a acudir a una misa católica. Mary aceptó la invitación sin saber que aquello sería el inicio de una nueva vida. Mary Ross quedó impactada y empezó un proceso de conversión, a pesar de la disconformidad mostrada por su propia familia. No tardó mucho tiempo en dar otro paso importante. Tenía veintiún años cuando se convertía en la hermana Hilary Ross. Como Hija de la Caridad de San Vicente de Paul, empezó a ejercer como enfermera.

Su comunidad la animó para que iniciara estudios de farmacia, a pesar de no haber podido estudiar en un instituto. Al poco tiempo fue enviada a la Leprosería Nacional de Carville, en Luisiana. Además de realizar tareas de apoyo a los leprosos, inició investigaciones como bioquímica. Desde 1927 no dejó de publicar sus trabajos científicos sobre la bacteria de Hansen y cómo ésta entraba en el cuerpo humano. La hermana Hilary montó ella misma un laboratorio en Carville y realizó infinidad de fotografías de los pacientes y los cambios que se experimentaba en su cuerpo según la medicación que les daba.

Mientras investigaba, colaboraba con sus hermanas en el cuidado de los enfermos, intentando que su vida fuera lo más agradable posible.

Durante años, continuó estudiando hasta que descubrió un tratamiento que había experimentado con sulfonas, un elemento químico que mejoraba considerablemente la situación de sus pacientes. Sus investigaciones fueron difundidas en distintas revistas y conferencias. La hermana Hilary se convirtió en una pionera de la investigación bioquímica y experta en la enfermedad de Hansen. No solo consiguió paliar los efectos de la enfermedad sino que dio conferencias para educar a las personas que tuvieran que convivir con dicha enfermedad.

La hermana Hilary ingresó como miembro de la Asociación Internacional de la Lepra y consultora de la Revista Internacional de la Lepra. Además, recibió muchos reconocimientos de la comunidad científica por su intensa labor de investigación.

Superados los sesenta años, se marchó a vivir a Japón. Lejos de retirarse a descansar, continuó trabajando para los demás. Se unió a las Hermanas de la Caridad del país nipón para cuidar a niños discapacitados. La hermana Hilary Ross falleció el 30 de noviembre de 1982 a los ochenta y ocho años en Japón.

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