Enero es sinónimo de calor y playa en Punta del Este, uno de los principales sitios turísticos de Uruguay y de los centros urbanos más poblados. Pero en 2023, este mes también será recordado como de triunfo de la Divina Misericordia en uno de los países más laicos de América Latina.
Es que el pasado 8 de enero fue bendecido e inaugurado el primer santuario de este tipo en Uruguay, un proyecto soñado hace más de un año (la construcción duró entre seis y siete meses) y que tiene al sacerdote español Ignacio Amorós al frente.
«El Santuario de la Divina Misericordia responde a una necesidad pastoral y un deseo del obispo (monseñor Milton Tróccoli) de que hubiera ahí en la parada 24 de la (playa) Mansa un lugar de oración de culto católico, de sacramentos, donde muchas personas nos encontraríamos con el amor misericordioso de Dios y desde donde saldríamos a hacer obras de misericordia», contó Amorós en diálogo con Aleteia.
Precisamente, la misa de inauguración estuvo presidida por Tróccoli, obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas y Rocha, y contó con la presencia del arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla, y del obispo emérito de Minas, monseñor Jaime Fuentes, además de sacerdotes, benefactores y autoridades tanto locales como nacionales.
Se trató de una jornada cargada de emociones y hasta los padres de Amorós llegaron desde España a Uruguay para acompañarlo en ese momento tan especial, instancia colmada de gente. «La verdad que fue una maravilla», prosiguió Amorós.
Llegar en «la hora de la gran misericordia»
Lejos del ruido y el júbilo de aquel 8 de enero, pero también en medio del calor y la oración, llegué al santuario recientemente inaugurado en Punta del Este.
Ahí pude confirmar la armonía de un sitio llamado a transformarse en inminente destino de peregrinación y hasta de turismo religioso en Uruguay (a pocos kilómetros de ahí también se encuentra la famosa iglesia de la Candelaria entre otros tantos sitios en esa zona para contemplar las maravillas de la Creación).
Si bien el santuario aún permanecía en obras, uno de los obreros me permitió el ingreso. «¿Viste al que está allá en la foto, en el cuadro gigante? Me dijo que dejara entrar al que lo quisiera conocer», me expresó.
Fue así que ingresé agradecido, luego de atravesar una gran entrada transparente hecha con vidrio que también permite ver a lo lejos el mar. Sin embargo, la maravilla exterior rápidamente se ve opacada por la belleza interior de un sitio donde predomina el ladrillo como insumo moderno de construcción y también sinónimo de austeridad, pero que cautiva con la imagen gigante de casi tres metros de la Divina Misericordia ubicada detrás del altar.
Luego de un breve recorrido y la mirada sobre otras dos pequeñas esculturas (la Virgen y San José en el altar) y un cuadro con la figura de Domingo de Tacuarembó (capuchino que murió un 8 de enero con «olor a santidad» y encargado de establecer ahí la cruz del Cristo de las Rosas o las Delicias), me pude acercar ante la majestuosa imagen.
Al volver y sentarme en uno de los bancos miré el reloj: eran las tres de la tarde, «la hora de la gran misericordia».
Fue en ese marco especial donde volvieron a retumbar las palabras del propio Amorós pronunciadas durante el día de la inauguración:
«Este santuario está hecho a la uruguaya. Como dice el cardenal Daniel: “La Iglesia en Uruguay es pequeña, pobre, pero libre y hermosa”. Bueno, pues este santuario que hoy inauguramos quiere ser así; pequeño, austero, pero libre y hermoso».
«Ahora se ha podido cumplir ese deseo. Es un lugar donde se vive como un ambiente especial, de piedad, de oración. Y seguro que es que es por la intercesión de este de este hombre de Dios, el padre Domingo, que rezó por este lugar», enfatizó posteriormente Amorós, quien también develó en diálogo con Aleteia que le pudo escribir una carta al papa Francisco contándole sobre el proyecto del Santuario de la Divina Misericordia y su respuesta, reciente, fue que no aflojara.
El lanzamiento de dos proyectos
Si bien el santuario ya fue inaugurado, las obras continuaban y quedaban aún por colocarse algunas imágenes donadas. Con respecto a las celebraciones religiosas, tal cual confirmó Amorós, las misas hasta ahora han sido a las 20.30 horas (en febrero a partir de las 20.00 horas) y también se prevén cursos de formación.
Pero el Santuario de la Divina Misericordia en el departamento de Maldonado, tal cual confirmó Amorós a Aleteia, ingresó en una nueva fase con el lanzamiento de dos proyectos. El primero, la construcción de una casa y centro de evangelización para que puedan atender el santuario unas religiosas.
Según adelantó Amorós a Aleteia, se trata de las carmelitas samaritanas del Corazón de Jesús de la fundadora y superiora general que es la madre Olga María del Redentor. La casa que se proyecta tiene dos plantas (cada una de 100 metros cuadrados aproximadamente para espacios de catequesis, atención a visitantes y habitaciones).
Por otro lado, el inicio de una obra de misericordia en el asentamiento más grande de Maldonado, llamado Eucaliptus, donde viven casi 1.000 familias en situación precaria. Lo primero que se hará en el lugar es la colocación de un contenedor social (de nombre Madre Teresa de Calcuta) para el reparto de comida, frazadas, actividades, apoyo escolar y espiritual, entre otras acciones.
«El proyecto del santuario continúa con mucha alegría. Esperamos, con la gracia de Dios, pueda servir para hacer mucho bien en Maldonado y en Uruguay», afirmó Amorós.
Un mes cargado de bendiciones para Uruguay
No solo el triunfo de la Divina Misericordia se manifestó a través de la inauguración de este santuario en Punta del Este. El mes de enero también fue sinónimo de oración multitudinaria y buenas noticias para la Iglesia en Uruguay.
En primer lugar, el fuerte impacto de la edición número 12 del Gran Rosario de Bendiciones para la Familia que se realizó el 28 de enero en la zona costanera de Montevideo y que contó con la presencia de cientos de fieles. Fue ahí donde la Divina Misericordia, a pedido de los organizadores, también se hizo presente junto a la Virgen de la Misericordia que suele protagonizar el rosario.
Por otro, la confirmación de que el primer obispo de Uruguay, monseñor Jacinto Vera, será beatificado el 6 de mayo de 2023 en Montevideo, ceremonia que contará con la presencia del arzobispo de Brasilia, el cardenal Paulo Cezar Costa, como representante del papa Francisco.
«Preparémonos para su beatificación, ya que será un acontecimiento memorable en la historia de nuestra Iglesia», expresaron los obispos de Uruguay a través de un comunicado.