El Papa: Que la Navidad no sea reducida a una celebración cursi

El papa Francisco expresó su preocupación por «todo el dinero que gastamos en vanidad mundana» en Navidad, criticando su reducción «a una fiesta cursi y consumista», durante la audiencia general del 28 de diciembre de 2022.

«Sí, tengamos cuidado de no caer en la caricatura mundana de la Navidad, reducida a una celebración cursi y consumista. No, el amor de Dios no es meloso, el pesebre de Jesús nos lo demuestra. No es una bondad hipócrita que esconde la búsqueda de placeres y comodidades. Nuestros mayores, que habían conocido la guerra y también el hambre, lo sabían bien: la Navidad es alegría y fiesta, ciertamente, pero con sencillez y austeridad». 

Para «reflexionar sobre el misterio de la Navidad», el Pontífice se basó en los escritos de San Francisco de Sales, de cuya muerte se celebra hoy el cuarto centenario, y anunció el título de la carta apostólica que se publicará más tarde sobre el doctor de la Iglesia y patrón de los escritores, periodistas y comunicadores: “Totum amoris est” – «Todo pertenece al amor». 

El Papa instó a la gente a no «caer en la caricatura mundana de la Navidad», deplorando «toda vanidad mundana», pues «el belén es la pobreza». 

«Vemos que el dinero se gasta en vanidad: tanto dinero para la vanidad mundana; tanto esfuerzo, tanta búsqueda para la vanidad; mientras que Jesús nos muestra la humildad». 

El Papa explicó que Dios ha encontrado el medio de atraernos: «con amor». «No un amor posesivo y egoísta, como desgraciadamente suele ser el amor humano. Su amor es puro don, pura gracia, es todo y sólo para nosotros, para nuestro bien. Y así nos atrae, con este amor desarmante y desarmado». 

«Nuestros mayores, que habían conocido la guerra y el hambre, lo sabían bien: la Navidad es alegría y fiesta, ciertamente, pero en la sencillez y la austeridad», explicó el Papa. Siguiendo el ejemplo de San Francisco de Sales, nos invitó a mirar a Cristo acostado en su pesebre, signo de «renuncia a toda vanidad mundana».  

Luego dijo, sin mirar las hojas de su discurso: «Porque cuando vemos esta sencillez de Jesús, también nosotros nos despojamos de las armas del orgullo y vamos humildemente a pedir la salvación, a pedir perdón, a pedir luz para nuestra vida para poder seguir adelante. No olviden que el trono de Jesús era el pesebre y la cruz. Este es el trono de Jesús.»

El pontífice también subrayó que San Francisco de Sales hace de la presencia del Niño Jesús en la cuna un mandato para  «no desear nada y no rechazar nada, aceptar todo lo que Dios nos envía. Pero, ¡cuidado! Siempre y sólo por amor, porque Dios nos ama y sólo quiere nuestro bien.»

El niño Jesús «no rechaza los pequeños consuelos que le da su madre»; así nosotros no «debemos desear nada ni rechazar nada, soportando todo lo que Dios nos envía, el frío y las injusticias del tiempo».

Tras resumir su catequesis en las distintas lenguas, el Papa dirigió expresiones especiales de saludo a los fieles presentes. «Cuidémonos de no caer en la mundanidad viviendo la Navidad como una fiesta de consumo sin sustancia. Que vivamos estos días de alegría con sencillez y austeridad, compartiendo con los demás», expresó el Papa en español. 

«Feliz Navidad y próspero año nuevo. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.», concluyó. 

Antes de despedirse de los fieles y peregrinos presentes en el aula Pablo VI, el Papa ha pedido rezar por la salud del Papa emérito Benedicto XVI, pues dijo «está muy enfermo». Sucesivamente, la oficina de prensa de la Santa Sede ha confirmado que el Papa Francisco se ha trasladado para realizar una visita a Benedicto XVI en el monasterio Mater Ecclesiae, dentro de los jardines del Vaticano. La Audiencia General concluyó con el rezo del Pater Noster y la Bendición Apostólica.