«Los vecinos de Surco siempre estaban pendientes de dejarle (a la virgencita) flores, de limpiar. Recién me entero que la han quemado, es una pena», expresó al medio local Panamericana una vecina del Parque Juan Mejía Baca en Surco.
«Es un símbolo de unión de los vecinos, de encuentro, de confraternidad cuando hacemos, por ejemplo, las oraciones», prosiguió otra de las vecinas.
Las palabras de estas mujeres hacen referencia a hechos que han generado indignación y consternación en los parques de Santiago de Surco en las últimas semanas. En cuanto al más reciente, sucedido a fines de noviembre, una urna con la Virgen del lugar fue atacada a pedradas y posteriormente quemadas por desconocidos. Las imágenes divulgadas en redes sociales así lo demuestran: