San Martín es una fiesta muy sentida en varias partes de Europa, como en Francia, dónde se encuentran sus restos, España, Países Bajos, Croacia, Bélgica, Alemania, Austria y en distintas zonas de Italia.
Según la tradición su culto está ligado a las condiciones meteorológicas anómala en su día, el llamado "Verano de San Martín" ya que para su fiesta las temperaturas son superiores a la media de la temporada:
"En un día frío y lluvioso de noviembre, Martín salió a caballo cubierto con su capa. En el camino vio a un hombre pobre, medio desnudo y tambaleándose por el frío. Martín, no teniendo dinero consigo, se compadeció y cortó su capa por la mitad, dando una parte a los pobres.
Poco después dejó de llover y salió el sol, calentando el aire como si fuera verano. De ahí el nombre veraniego de San Martino, donde aún hoy se recuerdan los hermosos días soleados de noviembre. Cuando llegó la noche, Martín soñó con Jesús con el manto en la mano agradeciéndole el gesto de compasión".
La fiesta de san Martín en Venecia
En Venecia desde 1540, año en que se fundó la iglesia dedicada al santo, su fiesta es muy popular.
Cada 11 de noviembre, los niños recorren las calles de Venecia, con una corona de papel en la cabeza, con ollas y cencerros recorren la ciudad, casa por casa pidiendo dulces cantando esta rima en dialecto para agradecer lo recibido:
Y con esto te damos las gracias
Buen espíritu y buen corazón.
El año que viene volveremos
Si agrada al buen Dios
Y con nuestra bolsa
Larga vida a San Martín.
El dulce con la forma de san Martín
Y como toda fiesta italiana que se aprecie, no puede faltar un postre típico y el caballo san Martín es una especialidad de este día, y es lo que los niños reciben en dono.
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El dulce es como una galleta con la forma de san Martín montado en su caballo, muy fácil de hacer:
Con pasta de hojaldre se modela la figura del santo a caballo con espada y manto y se adorna con glaseado de azúcar bombones y caramelos y bombones.
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