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Católicos y vida pública: algo está cambiando en Nueva York

Catedral de San Patricio en Nueva York

Foto de Joseph Barrientos en Unsplash

Catedral de San Patricio, símbolo de la presencia de los católicos en Nueva York

Jesus Colina - publicado el 05/11/22

¿Por qué en el continente americano, con tantos bautizados entre sus políticos, empresarios, funcionarios y dirigentes, hay tanta corrupción? A este drama responde el primer seminario de líderes católicos organizado en Nueva York por la Academia de Líderes Católicos. Entrevista con el doctor Mario J. Paredes.

Nueva York está celebrando este 5 de noviembre el primer seminario internacional de líderes católicos de los Estados Unidos, una iniciativa sin precedentes organizada por la Academia de Líderes Católicos.

El doctor Mario J. Paredes, director ejecutivo de la asociación médica SOMOS Community Care, miembro del Consejo Internacional de la Academia, aclara que el propósito principal consiste “en formar y educar a hombres y mujeres laicos que, especialmente en las sociedades latinoamericanas y a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, sean ‘luz en medio de las tinieblas’”.

MARIO J. PAREDES
Mario J. Paredes, director ejecutivo de SOMOS Community Care.

En pocas palabras, añade el doctor Paredes, filósofo por la Universidad Católica Argentina, antiguo profesor en la Universidad de Georgetown, se trata de ayudar a los católicos a impregnar “de valores evangélicos, con el testimonio de su vida y liderazgo, las instituciones y áreas de la vida social en las que se desenvuelven profesionalmente”.

Importancia de la presencia hispana

Mario Paredes, que ha sido consultor de la Comisión Pontificia para América Latina de la Santa Sede y de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, constata “la importancia que, en las últimas décadas, tiene la presencia de la comunidad hispana en los Estados Unidos”, motivo por el cual, “los que conformamos el Consejo Internacional de la Academia de Líderes Católicos, nos pareció importante organizar este seminario en la ciudad de Nueva York”.

Ponentes internacionales

En el seminario, que será introducido por el doctor Paredes, intervienen, entre otros, José Antonio Rosas, director internacional Academia de Líderes Católicos, con una ponencia sobre “Identidad del líder católico”; así como Rocco Buttiglione, miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y antiguo ministro de Estado de Italia, quien hablará sobre “La Doctrina Social de la Iglesia”.

En el seminario, se compartirán los testimonios de Clara López Obregón, senadora de la República de Colombia; de Víctor Bisonó, ministro de Industria y Comercio de la República Dominicana; y de Shariff de los Santos, presidente de Basílica Management.

Cerrará el seminario el representante del Papa Francisco en los Estados Unidos, el arzobispo Christophe Pierre, nuncio apostólico.

En esta entrevista, Mario Paredes, fundador y presidente emérito de la Junta de la Asociación Católica de Líderes Latinos (CALL) de los Estados Unidos, profundiza en las causas de la gran paradoja que vive el continente americano: muchos de sus políticos, funcionarios, empresarios…, son bautizados, y; sin embargo, la corrupción sigue corrompiendo muchos ambientes. 

¿Líderes católicos?

Empecemos con una pregunta muy espontánea: a algunos de nuestros lectores les puede chocar el término “líderes católicos”. ¿Qué significa para un cristiano, para un católico, ser “líder”?

Mario J. Paredes: Por siglos, hemos vivido nuestra fe católica inmersos en una estructura eclesial piramidal y clerical; que ha impedido a los hombres y mujeres católicos laicos ejercer sus plenos derechos de comunión y participación en el ser y quehacer de la Iglesia y, con ello, iluminar y aportar –desde la fe cristiana– en la vida toda de nuestras sociedades. 

Hablar de liderazgo católico supone, siguiendo enseñanzas del Concilio Ecuménico Vaticano II, que cada creyente se apropie y se empodere libre, responsable e inteligentemente, de sus dones y carismas, del papel propio y especifico que –como creyente en Jesucristo y miembro de la Iglesia– ha de cumplir en la vida de toda sociedad. 

Así, todo creyente puede ser capaz de liderar y guiar cambios y transformaciones –según los criterios del Evangelio y el Magisterio de la iglesia católica– en los pequeños o grandes ambientes en los que se desenvuelve su existencia e historia; liderazgo que ha de tener los rasgos del liderazgo profético del mismo Jesús de Nazaret, como hombre nuevo, hombre libre de la codicia y del miedo, libre del rencor y de la adulación, fiel a la verdad y al Padre, hombre para los demás…

El liderazgo ha de tener los rasgos del liderazgo profético del mismo Jesús de Nazaret, como hombre nuevo, hombre libre de la codicia y del miedo, libre del rencor y de la adulación, fiel a la verdad y al Padre, hombre para los demás…

El valor añadido de los católicos en la vida pública

La política es quizá el área de la vida social donde ese liderazgo de los católicos, que usted ha explicado, es más necesario. ¿Cuál es la contribución que deberían ofrecer los católicos a la vida pública hoy, en el panorama político tan polarizado?

Mario J. Paredes: La gran mayoría de quienes en América Latina ejercen funciones políticas, gubernamentales, legislativas o de dirección militar y empresarial son, al mismo tiempo, hombres y mujeres con partida de bautismo en la Iglesia católica.

Sin embargo, un somero análisis histórico-político de dicho ejercicio político en nuestro continente, resulta, a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, corrupto y desastroso para las inmensas mayorías de nuestras naciones. Porque se trata de un ejercicio político que no ha sido ejercido –por ejemplo– en la búsqueda del bien común; sino de intereses personales o de los intereses de grupúsculos partidistas y sociales privilegiados de nuestros países.

Por tanto, ante esta triste y lamentable evidencia de hombres y de mujeres que, llamándose cristianos y católicos, contradicen con su ineficaz y pésimo ejercicio político los valores del Evangelio; urge, en los Estados Unidos, tanto como en América Latina, una formación de hombres y mujeres que, desde el Evangelio, renueven y transformen el ejercicio de la política, en su más amplia acepción. Para hacer posible una convivencia social más humana, más solidaria, más justa, más equitativa y fraterna; o dicho en palabras de la Sagrada Escritura, para ir construyendo en nuestras sociedades espacio-tiempos de “un cielo nuevo en una nueva tierra” mediante el mandamiento del amor.

El escándalo a erradicar: ‘Hombres y de mujeres que, llamándose cristianos y católicos, contradicen con su ineficaz y pésimo ejercicio político los valores del Evangelio’.

La contribución de la Doctrina Social Cristiana

Como podemos interpretar de sus palabras, la doctrina social de la Iglesia es la brújula que propone la Academia de Líderes Católicos. Según usted, cuál es el valor central que la doctrina social cristiana transmite a un político, empresario o líder católico.

Mario J. Paredes: Desde el Evangelio, y el mandamiento nuevo del amor para los discípulos de Cristo y para todo hombre y mujer de buena voluntad, la Doctrina Social de la Iglesia privilegia criterios y principios que, de ser asumidos y vividos, nos procurarían una mayor suma de felicidad y vida plena y abundante para todos.

Principios tales como el valor de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, de la solidaridad sobre el egoísmo; de la libertad sobre cualquier forma de esclavitud, de la verdad sobre toda forma de mentira o corrupción; del diálogo y la participación sobre toda forma de absolutismo, marginación, intolerancia o discriminación; de la justicia sobre toda forma de injusticia, inequidad o violencia y la primacía de la persona sobre las cosas; de la ética sobre la técnica, del servicio sobre el poder, del bien común sobre los intereses individuales, etc. Destaco aquí, que estos principios son los que nos motivan y están presentes en la misión y visión de la Academia de Líderes Católicos.

La Doctrina Social: El valor de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio, de la solidaridad sobre el egoísmo, de la libertad sobre cualquier forma de esclavitud, de la verdad sobre toda forma de mentira o corrupción, del diálogo y la participación sobre toda forma de absolutismo…

Católicos y corrupción

Permítame plantearle una pregunta algo brutal: ¿cómo es posible que, en América, el continente con el mayor número de bautizados, la presencia de católicos en la vida pública es, en general, incoherente y ciertamente muy poco relevante? ¿Qué es lo que ha fallado?

Mario J. Paredes: Con su pregunta usted señala un grave pecado social y estructural de nuestras sociedades; un escándalo y un aparente fracaso de la tarea evangelizadora de la Iglesia Católica por cinco siglos en nuestras naciones; por las graves contradicciones con el Evangelio y con el mandato nuevo del amor. Y que se evidencian en los frutos que mayoritaria y estructuralmente producen nuestros países: frutos podridos de injusticia, inequidad, violencia; corrupción y muerte en sociedades pobladas mayoritariamente por hombres y mujeres que se dicen “cristianos”; con formas, costumbres, tradiciones y abundancia de ritos “católicos”; pero con relaciones, instituciones y estructuras vaciadas y carentes de principios evangélicos. 

Algo ha fallado, mucho ha fallado, todos hemos fallado como creyentes y como Iglesia, especialmente porque nos han faltado líderes con la misma autoridad y coherencia que Jesús. Nos han faltado modelos de transparente y auténtica vida cristiana; nos ha faltado autoridad y coherencia a todos para vivir lo que predicamos, para practicar aquello en lo que creemos. Todo lo cual valida esta iniciativa formadora de líderes católicos y convierte en una urgencia de primer orden aquello que Juan Pablo II llamó la “nueva evangelización”.

Algo ha fallado, mucho ha fallado, todos hemos fallado como creyentes y como Iglesia, especialmente porque nos han faltado líderes con la misma autoridad y coherencia que Jesús, nos han faltado modelos de transparente y auténtica vida cristiana

Usted ha apoyado en décadas pasadas numerosas iniciativas laicales y eclesiales de grandísima influencia que han ayudado a la renovación de la Iglesia. ¿Por qué ha decidido ahora ofrecer su apoyo a la Academia de Líderes Católicos?

Mario J. Paredes: Como creyente, he intentado vivir mi fe del modo más comprometido posible en la Iglesia Católica y en mi desempeño social. He querido evidenciar en mi ser y actuar mi sentido de pertenencia a la Iglesia Católica. Si con mi propia vida de fe he podido ejercer algún tipo de liderazgo en la sociedad y en la Iglesia, entonces estoy convencido del bien que otros muchos pueden hacer, desde la experiencia cristiana y católica, en la vida y renovación de la misma Iglesia y de la sociedad. 

Más información sobre el Primer seminario internacional de líderes católicos de los Estados Unidos (catholicleaders.us)

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