La deriva en contra de la Iglesia católica de parte del gobierno de Nicaragua parece no tener final. Toca el turno de la acusación al sacerdote Benito Enrique Martínez (64 años), noveno sacerdote detenido en los últimos seis meses y octavo en ser acusado por la Fiscalía en ese período de tiempo.
El Ministerio Público de Nicaragua, a la orden absoluta del presidente Daniel Ortega, acusó esta semana al padre Martínez del “delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional en concurso de noticias falsas en perjuicio del Estado nicaragüense”.
Con esta acusación, el sacerdote nicaragüense se une a la lista de acusados por “conspiración”, entre los que se encuentra el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez (quien no ha sido aún acusado). Sesenta sacerdotes y religiosos han huido de Nicaragua o han sido detenidos por órdenes de Ortega desde el inicio de las manifestaciones de abril de 2018.
La “víctima” es el Estado de Nicaragua
La fiscal del caso, del padre Martínez, Heydi Estela Ramírez, presentó la acusación ante la jueza Karen Vanessa Chavarría, titular del Juzgado Noveno Distrito de lo Penal de Audiencia Circunscripción Managua, identificando al Estado de Nicaragua como víctima del sacerdote.
El padre Martínez había sido detenido el jueves 13 de octubre, según lo dio a conocer en su cuenta de Twitter el sacerdote Uriel Vallejos, de la diócesis de Matagalpa, quien se encuentra en el exilio. En él se muestran imágenes del padre Martínez arengando a los jóvenes en Managua el fatídico 30 de mayo de 2018 frente a la Universidad Centroamericana de los jesuitas.
En esa manifestación contra el régimen en que murieron ocho personas en Managua y once en el interior del país, el padre Martínez hizo referencia a la pareja presidencial de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, calificándola como “miserables asesinos” y pidiendo a gritos que se fueran del poder.
Su hermana teme por su vida
“Fue secuestrado el sacerdote párroco de la parroquia Santa Martha, Managua. El padre Enrique Martínez. Los sacerdotes y la Iglesia Católica exigimos la liberación y el cese de la persecución contra la Iglesia y el clero. Justicia, libertad y democracia”, tuiteó el padre Vallejos.
La familia presentó un recurso de exhibición del padre Martínez, pero no ha sido respondido hasta ahora. Su hermana relató cómo fue sustraído por la policía en su casa, sin orden ninguna, y conducido a la temible cárcel conocida como “El Nuevo Chipote”.
La hermana del sacerdote dijo, alarmada, que “padeció hace algunos años una trombosis y padece diabetes y afecciones cardiacas, cuadro clínico que amerita y exige el uso de anticoagulantes, medicamentos para el control de la diabetes y el corazón, mismos que si dejan de ser administrados exponen su vida”.
Andanada de cárcel
Hace algunas semanas, Ortega dijo que la Iglesia católica era “la dictadura perfecta” y la acusó de haber usado a sus obispos para llevar a cabo un “golpe de Estado” después del inicio de las manifestaciones que se produjeron por una reforma a la seguridad social
Daniel Ortega y sus relaciones discontinuas con la Iglesia católica viene desde hace tiempo, sin embargo, desde noviembre de 2021, tras resultar “ganador” de los comicios para reelegirse como presidente de Nicaragua, las amenazas y los insultos han arreciado, al grado de llamar a los obispos “golpistas” y “terroristas”.
Frente a la amenaza de cárcel, muchos religiosos han tenido que huir. En este sentido, el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más asegura que al menos treinta religiosos decidieron exiliarse para proteger “su vida e integridad”.
La pregunta que la comunidad católica nicaragüense se sigue haciendo cada día que pasa es: ¿quién será el siguiente?
Hoy celebramos a...