Este jueves 6 de octubre, tras un largo debate que finalizó cerca de las seis de la mañana (hora local), la Cámara de Diputados aprobó la despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido con 57 votos a favor y 39 en contra.
Si bien este primer paso que dio el congreso uruguayo estaba seguro de antemano -ahora el proceso parlamentario continuará en la Cámara de Senadores para su sanción definitiva-, la discusión atravesó por diversas etapas que derivó en varios ajustes al texto original.
Por ejemplo, la inclusión en el artículo segundo de «etapa terminal» con respecto a la patología incurable e irreversible que debe sufrir una persona para optar por ponerle fin a su vida de esa manera (el Frente Amplio, partido de oposición, exceptuó de esta obligación a los cuadripléjicos), recuerdan medios como El Observador.
Ahora se busca lograr el rechazo del Senado
El diputado del Partido Nacional Rodrigo Goñi (coalición de gobierno) se ha posicionado como uno de los legisladores referentes en cuanto al impulso de una ley de cuidados paliativos y se ha focalizado en evitar la legalización de la eutanasia en Uruguay.
En diálogo con Aleteia, Goñi recordó que la diferencia a favor de la legalización de la eutanasia votada este jueves en principio «estaba prevista», pero que se seguirá trabajando para tratar de que el proyecto no sea aprobado de manera definitiva.
«Entendemos que es un primer paso (la aprobación en Diputados) que no agota la posibilidad de poder revertir y lograr el rechazo en el Senado», consideró.
Goñi también indicó que más allá de las diversas posturas sobre la eutanasia, «este proyecto tiene una enorme cantidad de observaciones graves realizadas por todas las instituciones públicas y privadas». Esto, entiende el diputado, «fundamentalmente por la falta de garantías previas para el paciente».
¿Y un veto presidencial?
«También es muy probable que el Senado, aún en el caso de votar positivamente, termine introduciendo modificaciones y eso a que vuelva después nuevamente a Diputados», afirmó.
Por otra parte, con respecto al posible veto tan mencionado del presidente Luis Lacalle Pou –mandatario que mantiene un buen vínculo con la Iglesia en Uruguay-, Goñi no escatimó en expresar que es una posibilidad debido a que las diferencias en la votación no han sido tan enormes (40 a 60%).
«Esa posibilidad del veto presidencial con esas diferencias menores de alguna manera también deja más abierta esa posibilidad, más allá de los temas de fondo que el presidente definirá», acotó Goñi.
Por último, Goñi estableció que desde este mismo jueves se comenzaron las reuniones para continuar con la tarea de convencer a la mayoría de los parlamentarios y a la ciudadanía de que el camino de la eutanasia no es el mejor para Uruguay.
«Es ley que crea mentalidad eutanásica que termina no solamente discriminando y empujando hacia la muerte a los enfermos, más vulnerables, sino también a la cultura del descarte donde enfermos, ancianos, personas con discapacidad terminan siendo consideradas menos dignas», finalizó.
«Avanza la cultura del descarte y la muerte»
Luego de la despenalización del aborto (2012) y otras leyes como la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo (2013), este nuevo debate sobre la defensa de la vida ha sacudido a diversas organizaciones en Uruguay, entre ellos a la propia Iglesia.
Tras la aprobación de este jueves, quien se expresó a través de las redes sociales fue el propio arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla, quien lamentó lo sucedido.
«Un claro retroceso en el reconocimiento de la dignidad de toda vida humana acaba de votar la mayoría de diputados. Avanza la cultura del descarte y de la muerte», expresó.