El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, dijo el 29 de septiembre que el Vaticano recibió acusaciones contra el obispo Carlos Ximenes Belo en 2019 e introdujo medidas contra él en el plazo de un año.
El semanario holandés De Groene Amsterdammer realizó un informe detallado sobre algunos de los supuestos abusos y entrevistó a dos víctimas, hoy adultos. El reconocimiento de las sanciones por parte del Vaticano llega acto seguido a las preguntas de un periodista de la agencia Associated Press.
Según el Vaticano, el obispo Belo tenía limitada su libertad de viajar o ejercer su ministerio. Asimismo, se le prohibió tener contacto voluntario con niños y jóvenes o con su país natal, Timor Oriental.
De Groene Amsterdammer contó la experiencia de dos hombres, sin escribir sus nombres verdaderos, que acusan a Bello de violarlos cuando tenían 14 y 15 o 16 años, y, sucesivamente, ser pagados por él para mantener silencio al respecto. En algunos casos, las acusaciones se remontan a la década de 1980.
De estrella de la paz a ser acusado de abusos
Monseñor Belo es un personaje de fama internacional y venerado en su país, donde luchó, durante la ocupación de Indonesia (1975-1999) y exigió el respeto de los derechos humanos, además de la autodeterminación.
Por eso fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1996, junto al político y activista José Ramos Horta.
Bruni explicó que las medidas fueron "modificadas y reforzadas" en noviembre de 2021 y que Belo las aceptó en ambos casos.
Según la publicación holandés, las primeras acusaciones contra el obispo salesiano surgieron en 2002, año en el que Juan Pablo II, en sus últimos años de pontificado aceptó la dimisión del prelado como administrador apostólico de Dili, en Timor Oriental.
La medida ocurrió en línea con el canon 401 párrafo 2 del Código de Derecho Canónico", párrafo que sostiene la renuncia por enfermedad o problemas graves.
Sin embargo, Belo tuvo una repentina jubilación el 26 de noviembre de 2002, a la edad de 54 años, casi 20 años antes de lo normal. El obispo salesiano Belo le dijo a UCA News que la mala salud y el estrés eran las principales razones de su renuncia (02.02.2005).
Los testimonios de presuntos abusos
Los presuntos abusos cometidos en Timor Oriental por monseñor Belo, habrían tenido lugar precisamente en aquellos años en los que gozaba de gran notoriedad en el país asiático por su labor a favor de la paz, en la época de la ocupación por Indonesia y que, al parecer, tuvieron lugar en la residencia del obispo y en un convento.
«A última hora de la tarde, Paulo (nombre ficticio) se dirigió desprevenido a la residencia del obispo, en la carretera costera de Dili, con una magnífica vista del mar. Esa noche, Belo le llevó a su habitación. ‘El obispo me quitó los pantalones, empezó a tocarme sexualmente y me practicó sexo oral' », cuenta Paulo.
«Confundido y conmocionado, el adolescente se quedó dormido. Cuando se despertó, ‘me dio dinero’, recuerda. ‘Por la mañana, me escapé rápidamente. Estaba un poco asustado. Me sentí muy extraño’ ».
«Paulo estaba avergonzado, hasta que se dio cuenta: ‘No es mi culpa. Me invitó. Él es el sacerdote. Es un obispo. Nos da comida y me habla amablemente. Se aprovecha de esta situación’. Luego, 'Pensé: esto es asqueroso. No iré más allí' », narra la publicación.
Otra supuesta víctima, Roberto, hoy 45 años, cuenta: primero la violencia sexual en plena noche en un convento y luego el pago para que no se sepa nada.
«Era una gran suma para el adolescente, que había perdido a muchos miembros de su familia a causa de la ocupación indonesia, durante la cual nada menos que 183.000 timorenses murieron de hambre, enfermedades y violencia», informa el periódico, que realizó la investigación.
Catequista en Mozambique
En enero de 2003, Belo abandonó Timor Oriental para dirigirse a Portugal. En junio de 2004, cambió su trabajo por el de "asistente de los sacerdotes" en Maputo (Mozambique), donde también se dedicó al catecismo con niños.
De Groene afirma haberse dirigido tanto a la Congregación para la Doctrina de la Fe como a los Salesianos, sin haber recibido ningún comentario sobre el caso.
Actualmente, el Obispo vuelve a residir en Portugal. Según declaraciones de Monseñor Norberto Do Amaral, presidente de la Conferencia Episcopal de Timor, recogidas también por De Groene, el prelado tiene restricciones de movimientos para las que «tiene que pedir permiso al Vaticano».
Groene Amsterdammer también señala que los rumores sobre posibles agresiones sexuales del Obispo Belo ya habían surgido en 2002, tras la independencia de Timor Oriental.
Salesianos de Portugal
Por su parte, los Salesianos de Portugal, expresaron «tristeza y perplejidad» al conocer la sospecha de abusos de menores que involucra a monseñor Ximenes Belo.
«Desde que asumió funciones en la Diócesis de Dili (Timor Este), como administrador apostólico y luego obispo, D. Carlos Ximenes Belo dejó de depender de la Congregación Salesiana» (Comunicado 29.09.2022).
La Provincia Portuguesa, asegura que a petición de sus superiores, lo recibieron como huésped durante los últimos años. «Desde que se encuentra en Portugal no ha tenido ningún cargo o responsabilidad educativas o pastorales al servicio de nuestra Congregación».