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Jóvenes latinos en Asís para cambiar una “economía que mata”

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 23/09/22
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Una economía que escuche "el grito de la tierra y de los pobres". Las historias de los jóvenes que buscan cambiar la economía en América Latina a favor de la vida, la protección de la Casa Común y de la dignidad humana por las tres "T" (Tierra, Techo y Trabajo).

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Alrededor de mil jóvenes de todo el mundo comprometidos en el campo de la economía, la empresa y la investigación, participan del 22 al 24 de septiembre en Asís, en el primer encuentro internacional, en presencia, de Economía de Francisco (#EoF2022), la iniciativa querida por el Papa en 2019 para renovar la economía orientada a los pobres, el bien común y el cuidado de la creación.

En esa ocasión, Francisco había invitado a jóvenes economistas de todo el mundo a reunirse "para cambiar la economía actual y dar un alma a la economía del mañana". 

Debido a la pandemia, la reunión prevista en noviembre de 2020 se convirtió en un evento a distancia. Pero la invitación del Papa a un amplio discernimiento común sobre una economía diferente a la denunciada en el primer capítulo de la encíclica Fratelli Tutti no cayó en absoluto en el olvido. 

Un pacto con el Papa

El evento de tres días, también ha contado con el apoyo de la Pontificia Comisión para América Latina, la CAL, que ayudó a convocar a un consistente grupo de jóvenes latinoamericanos que estarán en Asís. 

El objetivo, como explica la teóloga argentina Emilce Cuda, Secretaria de la institución pontificia, es propiciar un espacio de conocimiento mutuo a favor de una iniciativa; que no pretende ser "una especie de evento" juvenil "sin rumbo", sino la primera etapa ante un "despertar", – como subrayó Cuda –. Especialmente ante la realidad de una "economía que deja sin trabajo al 62% de la población mundial". 

"Y cuando una economía se apropia de toda la tierra y no hay un lugar para apoyar la cabeza, esa economía está atentando contra la vida. Y atentar contra la vida es atentar contra la obra de Dios, que es la creación", argumentó Cuda, Secretaria de la CAL, acompañando a los jóvenes latinoamericanos que participarán en el evento que culminará el 24 de septiembre con la llegada del Papa Francisco. 

Testimonios desde América Latina 

En Asís, capital simbólica de esta nueva economía, se presentará al Pontífice un "pacto" que firmarán juntos él y los jóvenes. Cuda dijo a Aleteia que "cuando pensamos en un empresario no tenemos que pensar en las grandes multinacionales. Latinoamérica está llena de empresarios, empresarios que son importantes para los trabajadores porque no todos pueden montar una empresa". El Papa quiere un "pacto de confianza" entre "trabajadores y empresarios". Y éste último también debe ser apoyado. 

En efecto, según los organizadores de la Economía de Francisco, vendrán a Asís unos 1.000 jóvenes de seis continentes. El 3% procede de América del Norte y Oceanía, el 8% de Asia, el 10% de África, el 31% de América Latina y el resto de los países europeos. 

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Una economía al servicio de las personas

"La economía es una herramienta al servicio de las personas especialmente ante la pandemia más grande que es la desintegración social". Precisamente, la economía de Francisco busca actuar bajo tres elementos: "la concentración económica; la regulación del sistema financiero y la sustentabilidad"; dijo a Aleteia Facundo Pascutto, 35 años, de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, proyecto "Cien Asís" de Argentina. 

"Fundamental – indica Pascuetto – el diálogo entre los distintos sectores sociales para poder transformar la crisis económica actual en algo esperanzador". Pues, asegura, la "técnica" (los números) sirven como marco pero no son nada, sin el "consenso social". "Una fórmula tan simple y humana – afirma Pascutto – es reencontrarse con el otro".

"A todos nos gusta consumir", pero para salvar la Casa Común y cambiar nuestros estilos de vida, es "necesario poner en diálogo la dirigencia empresarial y política", para que los consumos "tengan en cuenta a los pobres y se trabaje por el bien común". "Mientras haya organización comunitaria, las adversidades, las crisis económicas pueden ser superadas". 

Ecoturismo en Tierra del Fuego 

"La contemplación del ecosistema humano, empresarial y natural; una tarea que queremos realizar junto a los que están fuera del sistema para que los réditos sacados del entorno natural sirvan a las comunidades"; dijo a Aleteia Ivan Cabrera, 35 años, empresario de turismo en Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. "El objetivo es transformar una economía que deshumaniza y no responde a las necesidades de nuestros pueblos"

Por ejemplo, Cabrera mencionó el problema de la explotación del litio y de otros minerales que dañan el medio ambiente. "El ecoturismo es una alternativa que estamos desarrollando, no solo en Tierra del Fuego, sino en toda Argentina y esperamos quizás en América Latina". "Un turismo que sirva para generar un impacto positivo, sostenible en el tiempo y en beneficio de todos". Cabrera espera que "Economía de Francisco" con su "visión interreligiosa, universal e inclusiva" sea un "movimiento que perdure en el tiempo". 

La economía popular

"Traigo el sueño de que se reconozca la economía popular", dijo a Aleteia Milagros Lugones, 26 años, de la Plata, Argentina. Ella es miembro del Movimiento Social Cuidadores de la Casa Común, presente en 17 provincias y del que forman parte más de 5000 personas. Un movimiento que nació 2015 en respuesta a la encíclica Laudato Si’. 

"Francisco nos habla de una crisis, no solo ambiental, sino social, las cuales no se pueden separar. Hay que parar con la cultura del descarte. No estamos tirando basura, estamos tirando gente, sobre todo mujeres y jóvenes". 

Tras la crisis económica y las políticas neoliberales, el Movimiento Social de la Casa Común, cuenta Lugones, se dedicó a tres líneas de acción concretas: "espiritualidad, acompañamiento y trabajo digno". 

Cambios prácticos de la economía

También, afirmó, "trabajamos con varios ejes: energías renovables, ecoturismo, cultivar la tierra, reciclaje, respeto de las tradiciones; y redescubrir oficios producto de la experiencia de nuestros antepasados que crean trabajo, la formación integral". 

"No puedo construir mis sueños personales, sin considerar que mis compañeros no llegan al final del mes, debemos construir juntos", explicó. "Festejo sus logros, como si fueran los míos". En el eje de la "formación integral" ponemos nuestros saberes y experiencias en comunión para hacer algo nuevo y en beneficio de todos", agregó Lugones. 

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