El sábado 17 de septiembre, por primera vez en la historia de la monarquía británica, se llevó a cabo una Vigilia de los Nietos en Wesminster Hall (la Sala de Westminster). El príncipe William y el príncipe Harry (hijos del rey Carlos III), Peter Phillips y Zara Tindall (hijos de la princesa Ana), Beatriz y Eugenia de York (hijas del príncipe Andrés), y Lady Luisa y Jacobo Windsor (hijos del príncipe Eduardo) estuvieron durante 15 minutos resguardando el ataúd y rezando por el alma de su monarca, pero sobre todo, su abuela.
Para el velatorio, Lady Luisa tuvo el detalle de llevar un collar con un dije de caballo, ya que su abuela -gran amante de todo lo ecuestre- fue la que le inculcó el amor por estos animales.
William y Harry usaron uniformes militares iguales. No sólo eran los únicos que podían hacerlo (habiéndole dado el rey Carlos el permiso extraordinario a su hijo menor, aunque ya no sea miembro activo de la realeza), sino también era una manera de honrar los 70 años de sacrificio de su abuela para servir a toda una Mancomunidad de Naciones, la Commonwealth, (y dar una imagen de unidad, esa que sólo a veces los abuelos pueden lograr, mientras siguen trabajando en sus diferencias).
Si repasamos de nuevo los comunicados de algunos de sus nietos, es interesante ver que, aunque cierta formalidad es requerida en estos casos, todos la llamaron primero grannie (abuelita) y no dejaron de compartir momentos íntimos que vivieron con ella y agradecerle por todas las lecciones que les dejó.
Una novedad que sigue la tradición
La Vigilia de los Nietos complementa la tradición de la Vigilia de los Príncipes. Aquella tradición es, de hecho, reciente. Comenzó en 1936, cuando el rey Eduardo VIII y sus tres hermanos, Alberto, Enrique y Jorge, rodearon el féretro de su padre, el rey Jorge V. Desde entonces solo se había repetido en 2002 con la reina madre.
Con el fallecimiento de la reina Isabel II, el día 16 tuvo lugar la Vigilia de los Príncipes con el ya rey Carlos III y sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo.
Primero "abuelita", después reina
El príncipe William compartía:
Mientras tanto, su hermano menor, Harry, expresó:
Beatrice y Eugenia de York expresaban:
Hipótesis de la abuela
Desde los años 60, hay una teoría que indica que algunas mujeres, entre los 45 y 55 años, experimentan una especie de adaptación donde su prioridad es sobrevivir para cuidar a sus nietos una vez que entran en una edad ya no reproductiva.
Incluso, décadas después, en los años 90, la antropóloga norteamericana Kristen Hawkes investigó acerca de la importancia que tuvieron las abuelas en la prehistoria a favor de la evolución de la especie humana, cuidando a los nietos mientras los padres iban a sus labores de caza y recolección.
Por supuesto, las dinámicas familiares modernas han cambiado; sin embargo, es curioso que ahora vemos otra vez a muchas abuelas cuidando a sus nietos porque el padre y la madre deben trabajar a tiempo completo y, económicamente, no siempre es posible contratar a alguien (o prefieren el cuidado de los abuelos).
Honrarnos y querernos en vida
Sin duda, esta histórica vigilia es, por una parte, un recordatorio a los abuelos del rol tan importante y significativo que pueden tener en la formación y vida de sus nietos.
Esto no significa que deben interferir con la educación que le brindan sus padres, pero sí pueden brindar una ayuda distinta, que sólo la experiencia de sus años vividos puede ofrecer. Es una complicidad única y maravillosa. Además, son quienes la mayoría de las veces ayudan a mantener el amor y los valores de la familia.
Y por otra parte, es un recordatorio a los nietos a honrar a sus abuelos también en vida. A visitarlos, llamarlos, quererlos y pedirles consejos… porque son esos recuerdos los que nos consolarán cuando ya no estén físicamente, y porque han vivido mucho más que nosotros y pueden darnos mucha sabiduría pero sobre todo mucho amor.
Ojalá que la Vigilia de los Nietos se vuelva una nueva tradición no sólo en la familia real, sino en cualquier familia que quiera honrar a sus abuelos.