El Palacio de Westminsteres probablemente uno de los edificios más icónicos de Londres. Es donde se apoya el famoso Big Ben y donde está la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes (las dos instituciones en las que se divide el Parlamento británico). Pero es también donde el miércoles 14 de septiembre se instauró la capilla ardiente de la reina Isabel II. Durante cuatro días la gente podrá despedirse en persona y rezar por su alma.
Estamos hablando de Westminster Hall (o Sala de Westminster), el edificio más antiguo del Parlamento y parte del palacio. Se empezó a construir en el año 1097 y, aunque ha tenido algunas remodelaciones a lo largo de los años, su estructura principal se mantiene y es una de las pocas partes del palacio de Westminster que sobrevivió al gran incendio de 1834 y a la Segunda Guerra Mundial.
Durante su historia, ha sido utilizado para distintos eventos: celebraciones de coronaciones, juicios, toma de posesiones, proclamaciones políticas, banquetes, reuniones de veteranos de guerra, funerales, entre otros.
El ataúd de la reina Isabel II llegó allí desde el Palacio de Buckingham en una impactante procesión militar donde miembros de la familia real acompañaron el féretro que fue llevado en el mismo afuste que se usó para el funeral del padre de la monarca, el rey Jorge VI, y el de su madre, la reina Isabel (popularmente conocida como Reina Madre).
Capilla ardiente
A su llegada a Westminster Hall, se hizo un sencillo servicio religioso de unos 20 minutos dirigido por el arzobispo de Canterbury, quien fue acompañado por el decano de Westminster. El ataúd se encuentra sobre un catafalco de madera y sobre él reposa el estandarte real, la corona imperial de estado y un arreglo hecho con distintas flores de su castillo de Balmoral en Escocia y su residencia del castillo de Windsor.