Que un Jefe de Estado que profesa la fe católica concurra a Misa no debiera llamar la atención de nadie, y en general no lo hace. Es habitual que lo haga por ejemplo el presidente Joe Biden, más allá de las polémicas en torno a su postura sobre el aborto; y el suyo es un país en el que la Iglesia Católica no goza de ningún tipo de compromiso o prioridades de parte del Estado.
Pero el contexto en el que el presidente de la Nación argentina Alberto Fernández acudió a una Eucaristía que tuvo lugar el sábado en la Basílica de Luján sí llamó la atención de todos los medios de comunicación y movilizó la opinión en las redes sociales.
Es que el mandatario concurrió acompañado por gran parte de los funcionarios de su gobierno nacional, el ejecutivo de la provincia de Buenos Aires; y numerosas intendencias del Gran Buenos Aires. Para, según invitaban, dar gracias por la vida de Cristina Fernández de Kirchner, quien sobrevivió un atentado en su contra, y rezar por la paz en la nación.
De hecho, al mencionar las intenciones de la Misa, se explicitó la acción de gracias por la vida de la vicepresidenta. También se pidió por la del ex senador Esteban Bullrich.
Según informaba el Ministro del Interior Eduardo Wado de Pedro, invitaron a políticos opositores, pero ninguno concurrió. Y la idea de la Misa había surgido, decían, de la invitación de los obispos argentinos a rezar este fin de semana por la fraternidad en el país.
Es que en el marco de la colecta Más por Menos, por la que las diócesis y comunidades que más recursos tienen comparten con las que menos, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina animó a los obispos a que en cada diócesis se rece por la paz y la fraternidad.
Clima de tensión
La concurrencia a esta misa contrastó con la de la Misa de diciembre de 2019, a la que concurrió tanto el saliente mandatario Mauricio Macri como el entrante Alberto Fernández.
En la homilía del Arzobispo de Luján, quien presidió la Misa, no obstante, no hubo ninguna mención al atentado, cuya responsabilidad desde el gobierno nacional se endilga en lo que considera clima de tensión promovido por discursos de odio supuestamente instados por la justicia y los medios de comunicación, argumentación que despierta el rechazo opositor y de numerosas instituciones.
Monseñor Jorge Eduardo Scheinig aclaró: "Este lugar sagrado es como un concentrado de la Patria; porque aquí vienen millones de peregrinos, de todos lados, de todas las edades, de todas las realidades sociales, los partidos políticos, los movimientos sociales e incluso de diferentes confesiones religiosas".
Además, delante de la plana mayor del gobierno nacional y provincial, pidió: "Para estar a la altura de las circunstancias tan difíciles y delicadas que estamos viviendo; debemos esforzarnos en salir del paradigma del encierro y del rechazo y entrar en el paradigma de la apertura, el abrazo y el cuidado de toda persona. Ese abrazo es la expresión de una disposición interior, de un corazón sensible, de convicciones profundas; de valores madurados, de una decisión ética tanto personal como colectiva que contemple un horizonte claro, que es el bien de la Patria. ¡Podemos sanarnos! ¡Estamos a tiempo! ¡Debemos sanarnos unos a otros!".
Fake news en las redes
En las redes sociales muchos usuarios se expresaron en contra de la celebración, por entender que fue una instrumentalización política de la Basílica de Luján. En muchas ocasiones refiriéndose a un video viral muestra jóvenes saltando y bailando en el Santuario.
Pero las imágenes que cuestionan refieren a una peregrinación ocurrida años atrás protagonizada por jóvenes de los Hogares de Cristo, espacios de encuentro, oración y fraternidad para jóvenes en situación de vulnerabilidad que buscan salir de las adicciones.