"¿Preferimos el camino fácil de pensar solo en nosotros mismos o elegimos la puerta estrecha del evangelio, que desafía nuestro egoísmo pero nos permite acoger la verdadera vida que viene de Dios?".
Estas son las dos alternativas que el papa Francisco ofreció a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro durante el Ángelus del 21 de agosto de 2022.
Comentando un pasaje del Evangelio de Lucas en el que Jesús nos asegura que, para salvarnos, debemos pasar por "la puerta estrecha", el Papa ha querido en primer lugar asegurarnos de que esta imagen no debe "asustarnos".
"Esta puerta es estrecha, pero está abierta para todos", dijo, antes de explicar lo que Jesús quiso decir al usar estos términos.
"Quiere decirnos que, para entrar en la vida de Dios, la Salvación, debemos pasar por Él, recibirlo a Él, a Él y a Su Palabra", insistió el pontífice. Para el cristiano, se trata pues de llevar una vida "a la medida de Cristo".
A partir de entonces, la puerta es estrecha, "no porque esté destinada a unos pocos; sino porque ser de Jesús significa seguirlo, entregando la vida al amor, al servicio y a la entrega como él, que pasó por la puerta estrecha de la Cruz".
Asumir el riesgo del amor
Continuando con su razonamiento, el Papa subrayó que entrar en este proyecto de vida requiere "estrechar el espacio del egoísmo", "bajar las alturas del orgullo" o incluso "superar la pereza" para "asumir el riesgo del amor, incluso cuando implica la cruz".
El Papa finalmente citó una gran cantidad de gestos de amor que hacen a diario personas que han elegido la puerta estrecha y no "la puerta ancha de su propia comodidad".
Entre ellos, citó a aquellos padres que "se dedican a sus hijos con sacrificios"; a aquellas personas que se entregan "al servicio de los ancianos, de los más pobres y de los más frágiles"; o incluso de aquellos "que sufren a causa de su fe, pero que continúan orando y amando".