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Vital Maria Gonçalves de Oliveira, un joven obispo rumbo a los altares

FREI VITAL
Pablo Cesio - Aleteia Brasil - publicado el 09/08/22
Fue el primer obispo capuchino de Brasil y la Iglesia de ese país lo recuerda debido a los 150 años de la ordenación episcopal y la toma de posesión como obispo de Olinda

Cuando fue nombrado obispo tenía tan solo 26 años. Pero su «coraje, audacia y actitudes» de alguna manera contribuyeron a una mayor libertad de acción de la Iglesia en Brasil. Así recuerda, como parte de su perfil, la Iglesia de Brasil a monseñor Vital Maria Gonçalves de Oliveira (1844-1878), quien hasta recibió el título de «Brasileño Atanasio» por su defensa de la fe frente a sectas secretas y excesos imperiales.

Otra de las características de monseñor Vital es lo referente a su experiencia vivida en un claustro capuchino, siendo también reconocido como el primer obispo de esa orden religiosa en Brasil. Fue un religioso vinculado a la diócesis de Olinda (en esa época abarcaba los territorios de Pernambuco, Paraíba, Rio Grande do Norte, Alagoas y partes de Sergipe y Minas Gerais).

En ese sentido, se recuerda que dentro de su breve período como obispo, pues falleció a la edad de 33 años, incidió en la división de la diócesis para mayor atención pastoral. También mejoró la capacitación en el seminario de Olinda, fundó un periódico, además de cartas y orientaciones.

Condenado a cuatro años de prisión

Su enfrentamiento sin miedo a la masonería y al gobierno imperial, algo que hizo en comunión con la Iglesia y los decretos papales, lo llevó en 1874 a ser juzgado y condenado a cuatro años de prisión con trabajos. También lo fue, con las mismas razones, el obispo de Pará, monseñor Antônio de Macedo Costa.

La situación de estos dos pastores encarcelado motivó la reacción del pueblo de Pernambuco y Pará, además de solidaridad desde otros estados.  

«Perdono a mis enemigos»

Una vez liberado, monseñor Vital pudo viajar a Roma y fue recibido por el papa Pío IX. También tuvo la oportunidad de visitar diversos lugares en Europa como los santuarios de Lourdes y Asís. Sin embargo, ya de regreso a Brasil y con el retorno de sus actividades diocesanas, enfermó.

Esta situación generó, prosigue la Iglesia de Brasil, que los médicos le recomendaran viajar a Francia. Lo hizo en busca de un tratamiento, pero no hubo medicina que lo curara. Fue así que permaneció sus últimos días en el convento de los capuchinos de París.

Monseñor Vital murió el 4 de julio de 1878 (a 15 años de su profesión religiosa y 7 como obispo). Incluso, muchos llegaron a decir que el motivo de la muerte de este joven obispo había sido envenenamiento.

 «Perdono de corazón a mis enemigos y ofrezco a Dios el sacrificio de mi vida», fue lo último que dijo antes de recibir el viático.

Rumbo a los altares

Brasil vuelve a recordar la figura de ese joven obispo, de quien se dice que murió con fama de santidad, al cumplirse los 150 años de su ordenación episcopal y toma de posesión como obispo de Olinda.

En efecto, recién en 1930 comenzó su proceso de canonización. Sin embargo, hubo que esperar hasta 2001 para que se enviara toda la documentación del proceso al Dicasterio para la Causa de los Santos.

De momento, se espera que continúen los próximos pasos para que el sirvo de Dios monseñor Vital pueda ser venerable. Entre ellos están las consultas históricas, teológicas, además de la sesión ordinaria de obispos y cardenales.

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