Aleteia logoAleteia logoAleteia
viernes 19 abril |
San Expedito
Aleteia logo
Contenido Patrocinado
separateurCreated with Sketch.

La oferta formativa del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum aspira a la excelencia

Captura-de-pantalla-2022-07-08-a-las-13.06.44.png
Ateneo Pontificio "Regina Apostolorum" | 08/07/22
Experiencia, fe y profesionalidad: estas son las ofertas que caracterizan al Ateneo Pontificio "Regina Apostolorum"

Por Don Mauro Gagliardi, profesor titular de la Facultad de Teología

La oferta formativa del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum se presenta en la web institucional  (upra.org) con estas palabras: «Toda la actividad académica del Ateneo está orientada al cumplimiento de su misión: formar apóstoles […] al servicio de la Iglesia para dar testimonio del misterio de Cristo, crear corrientes culturales de pensamiento cristiano que, en plena comunión con el Magisterio de la Iglesia y respondiendo a los interrogantes teóricos y existenciales del hombre, impregnen la sociedad de espíritu cristiano».

El Ateneo fue fundado y está regido por la Congregación de los Legionarios de Cristo. Ya desde el nombre de la entidad fundadora, se intuye el enfoque privilegiado del misterio de Cristo, cultivado como central tanto en la espiritualidad como en los estudios. Desde hace varios años, tengo el privilegio de impartir la asignatura de Cristología y Soteriología en la Facultad de Teología.

Estas dos ramas de la teología tratan el misterio de la Persona y la Obra de Cristo. En el curso de Cristología y Soteriología se estudia quién es Jesús y qué Él ha hecho por nosotros.

El curso se desarrolla en la perspectiva que acabamos de mencionar: formar apóstoles al servicio de la Iglesia, para dar testimonio del misterio de Cristo en el contexto cultural actual, en plena sintonía con el Magisterio pasado y presente de la Iglesia.

Un curso de teología no es un retiro espiritual, ni un curso de formación para agentes pastorales. En ello, a veces se abordan cuestiones complejas que no son comprendidas inmediatamente por todos.

P-gagliardi.jpeg
Mauro Gagliardi

La teología, en cambio, es una ciencia de la fe, lo que implica no sólo que la estudiamos con fe, sino también que conserva un carácter científico. Que la teología sea científica no significa que esté apartada de la pastoral o de la misión. Por el contrario, implica que la pastoral y la misión se verán facilitadas si van precedidas y acompañadas de un estudio teológico serio. Esto es así porque se apoyarán en una base sólida, ya que los nuevos apóstoles cristianos (ministros ordenados, religiosos y laicos) estarán bien preparados, precisamente porque habrán estudiado a fondo una teología que corresponde a la fe y es coherente con la misión.

Por ello, el Ateneo sitúa la palabra «excelencia» en el centro. Este término se repite con frecuencia en la fase de programación, porque somos conscientes de que debemos hacer -con la ayuda de Dios- todos los esfuerzos posibles para consolidar y reforzar cada vez más la calidad de los estudios y todos los servicios de apoyo al estudio que la universidad ofrece tanto a los alumnos como a los profesores.

Es desde esta perspectiva de búsqueda constante de la excelencia que hay que releer el mucho trabajo y las muchas iniciativas producidas desde la primera erección del Ateneo Pontificio en 1993, que pronto celebrará los 30 años de su ‘nacimiento’.

La renovación teológica del siglo XX abarcó diversos ámbitos y perspectivas. A través de un mayor enfoque en la historia de la salvación, también se impartió un carácter más cristológico a la teología. En términos más claros, la teología reciente se ha centrado en la forma concreta en que Dios se ha revelado y ha actuado en la historia para nuestra salvación.

Mirando la historia de la salvación y considerando la Biblia como el alma de la teología, siempre unida al cuerpo de la Tradición Apostólica, la teología actual ha identificado a Jesucristo como el centro y el cumplimiento de toda la revelación y la historia de la salvación.

El conocimiento del misterio de Dios Trinidad, así como la realización concreta del plan de Dios para el mundo, se dan en Jesucristo, el Hijo eterno del Padre hecho hombre, el único Mediador entre Dios y los hombres. Este cristocentrismo trinitario es el fundamento de la fe cristiana y, en consecuencia, funciona también como principio ordenador y coordinador de esa disciplina de estudio conocida como ciencia de la fe, o teología. La oferta formativa de Regina Apostolorum tiene en cuenta esta centralidad del misterio de Cristo.

Por lo tanto, en el curso de Cristología y Soteriología, a menudo surgen conexiones entre este misterio central y los otros misterios de la fe, estudiados en los demás cursos de la oferta formativa.

El Ateneo permite a los estudiantes conocer las múltiples ramas de la teología católica y encuentra en el misterio de Cristo la gran Síntesis necesaria para una visión unificada tanto de la fe como de la teología.

El Papa Francisco recordó la importancia de poseer esa visión sintética: «El desafío de una prédica inculturada está en transmitir la síntesis del mensaje, no ideas o valores desconectados. Donde está tu síntesis, allí está tu corazón. La diferencia entre iluminar el lugar de síntesis e iluminar ideas sueltas es la misma que hay entre el aburrimiento y el ardor del corazón» (Evangelii Gaudium, n. 143).

Para formar esta visión sintética de la fe en Cristo, es necesario ser exigente consigo mismo en el estudio, lo cual es un compromiso que hay que tomar muy en serio si se quiere corresponder adecuadamente a la vocación de estar a disposición del Señor y de la Iglesia para evangelizar.

Para los estudiantes, sigue siendo importante tanto tener la mirada interior dirigida hacia los que un día evangelizarán, como comprender que en el estudio es necesario abordar incluso cuestiones que a veces podrían parecer inútiles, si se consideran a la luz de ese futuro ministerio.

Pero a esta perplejidad se puede responder con las palabras de Benedicto XVI: «Las materias de estudio parecen a menudo muy lejanas de la práctica de la vida cristiana y del servicio pastoral. Sin embargo, es totalmente erróneo plantear siempre la pregunta pragmática: ¿Me servirá esto para el futuro? ¿Me será de utilidad práctica, pastoral?

No se trata sólo de aprender las cosas evidentemente útiles, sino de conocer y comprender la estructura interna de la fe en su totalidad, para que se convierta en una respuesta a las preguntas de la gente, que cambian exteriormente de generación en generación, y sin embargo siguen siendo básicamente los mismos. Por lo tanto, es importante ir más allá de las preguntas cambiantes del momento para entender las verdaderas preguntas y así entender también las respuestas como verdaderas respuestas» (Carta a los seminaristas, 18.10.2010, n. 5).