Jesús también experimentó "agitación", tristeza y angustia internas, ahora permanece con nosotros y nos envía el Espíritu Santo para guiarnos y defendernos
Jesús conocía la angustia y el miedo. El Evangelio de san Marcos lo describe en Getsemaní:
Después llevó con él a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y a angustiarse.
Mc 14,33
El miedo y la tristeza son dos sentimientos distintos que se pueden mezclar, pero que es importante identificar y distinguir para responder adecuadamente.