Esta tarde, 31 de mayo, en Santa María la Mayor, rezará la oración mariana junto al Papa. Su historia es la historia de la superación. Vatican News lo explica: Tiene 40 años y llegó a Roma en 2008 desde Brody, una ciudad a un centenar de kilómetros de Lviv, para estudiar en la Universidad Pontificia Angelicum,.
Todo ello después de haberse licenciado en economía en su país y haber trabajado durante unos años en una entidad estatal.
Sus estudios en Roma le han dado un nuevo sentido a la vida. No obstante, no es ajena a la guerra.
En Ucrania, tiene una hermana que logró escapar de Kiev con cuatro hijos. Sus padres decidieron quedarse en casa.
Don Marco, párroco de Santa Sofía, donde se encuentra la comunidad ucraniana en Roma rápidamente pensó en ella para realizar esta oración:
“Al principio tuve un poco de miedo, pensé en los dos niños más pequeños, un poco díscolos e inquietos… Pero entiendo la importancia de este evento.
La guerra debería desaparecer de la tierra y nunca puede considerarse justa. Espero que esta oración pueda ayudarnos a salir de esta guerra atroz, para que el mismo concepto de guerra desaparezca”.
Tiene tres hijos, con nombres bíblicos: “María, Tadeo y Ana”, que les hace percibir a la misma Virgen como una figura muy familiar.
“Siempre intento explicar que Dios y María no son extraños”, dice Oksana en una entrevista en Vatican News.
”Y que María es una mujer que dijo sí a la propuesta de Dios y se convirtió en madre de todos nosotros.
Nací en una familia creyente y desde mi infancia, el mes de mayo era el mes mariano por excelencia.
Todavía recuerdo las canciones que cantábamos con mi abuela, que era muy devota. Solíamos ir al santuario de Zarvanytsia y conozco muchos otros. Un gran sueño para mí sería visitar Lourdes.
Cuando asistía al Angelicum, todas las mañanas, a las 12, iba a misa en la basílica de Santa María la Mayor. Estar con María es algo muy natural para mí”.
Ayuda a refugiados
Ahora pasa mucho tiempo ayudando a los refugiados que llegan a Roma, a su parroquia:
“El aspecto más delicado que hay que tratar es el del enfoque: se necesita ternura con los refugiados, con los que han tenido que dejarlo todo por culpa de las bombas. Entonces hay que tratar de entender sobre la marcha lo que se necesita”.
Cuenta cómo han sido estos meses de trabajo: “Nos organizamos con nuestra psicóloga ucraniana, que siempre está llena de citas”.
En marzo, había 500 voluntarios que venían cada día a ayudar, “siempre diferentes, de todos los colores de piel”.
Ahora se propone a rezar con el papa Francisco para que acabe la guerra y llegue la paz. Sabe que todo es posible con la fuerza de la oración.
“Cuando estaba embarazada de cada uno de mis hijos, compré un rosario que rezaba durante el embarazo. Ahora saben que cada uno tiene su propio rosario”, cuenta. Ahora será la voz que rece por la paz en Ucrania.
Hoy celebramos a...