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«FBC Melgar se encomienda a la Mamita de Chapi». Así tituló hace poco menos de un año Diario Correo de Perú. Lo hizo con motivo de un encuentro en aquel entonces entre el equipo Melgar y el argentino Racing Club por la Copa Sudamericana. El resultado de ese encuentro finalmente no fue el favorable para el equipo peruano, que terminó perdiendo.
Sin embargo, detrás de ese titular se pudo entrever un vínculo más que especial. En efecto, más allá de que hay registros de jugadores que han ido hasta el santuario, Melgar suele asociarse a la famosa advocación peruana de Arequipa conocida como Virgen de Chapi.
No en vano, el sitio donde suele presentarse de local este equipo peruano suele ser conocido como Estadio Monumental Virgen de Chapi. Actualmente, este estadio multiuso de Arequipa pertenece a la Universidad Nacional de San Agustín.
Fue fundado el 30 de julio de 1995 y tiene una capacidad de 45.000 espectadores (aunque el aforo total podría acercarse a 60.000). Debido a esto, es considerado el estadio más grande de Arequipa y el segundo de Perú, detrás del Estadio Monumental de la U de Lima.
Juan Pablo II, el origen de todo
El Estadio Monumental Virgen de Chapi fue sede de grandes eventos. Quizás uno de los más recordados fue el día que albergó la final de la Copa Sudamericana en 2003 cuando se enfrentaron Cienciano (Perú) y River Plate (Argentina). En aquel entonces, el equipo peruano se consagró campeón.
Pero mucho más en el tiempo, en el campo que posteriormente sería el del estadio, aconteció algo que de alguna manera hizo de «disparador». Fue el 2 de febrero de 1985 cuando el papa Juan Pablo II llegó por primera vez a Arequipa para beatificar a sor Ana de los Ángeles Monteagudo y coronar a la imagen de la Virgen de Chapi.
«Miles de personas a lo largo de los doce kilómetros del recorrido papal, lo ovacionaron, agitaron banderas vaticanas y peruanas, entonaron canciones, se emocionaron hasta las lágrimas, oraron y mostraron carteles de bienvenida al Santo Padre», recordaba una crónica también de Diario Correo, pero en 2014.
Se trató de un día cargado de emoción donde el Papa pudo poner sobre la cabeza de la imagen de la Virgen de Chapi una corona de oro. Aquel hecho, entre aplausos y sonidos de campanas, hizo resaltar la gran devoción de los fieles por la «Mamita», como se la conoce.
Mientras tanto ahí está Melgar, el equipo que no deja de pedirle a la Virgen de Chapi que siga estando presente en cada paso, algo que efectivamente va mucho más allá de lo terrenal y deportivo.