Este año ha sido en el que más más migrantes han sido detenidos por elementos de la Guardia Nacional, la Marina, el Instituto Nacional de Migración y otros medios regulares e irregulares que actúan especialmente contra personas de Centroamérica y el Caribe, aunque también de países africanos, de Medio Oriente y asiáticos.
Las cifras oficiales de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (equivalente al Ministerio del Interior) no dejan lugar a dudas: en el primer trimestre de 2022 aproximadamente 860 migrantes son detenidos cada día.
Un récord histórico
Del 1 de enero al 31 de marzo de este año fueron detenidas por autoridades mexicanas 77,626 personas migrantes; lo que representa un aumento de 90 por ciento con respecto al mismo período del año pasado.
De seguir este ritmo de detenciones --el flujo migratorio aumenta durante el verano—al final de 2022 México superará los 307.000 migrantes detenidos el año pasado, según el informe al respecto que presenta el portal Animal Político
El dato de detenciones del primer trimestre de 2022 supera también en 158 por ciento al de 2020, en 143 por ciento al de 2019 y en 151 por ciento al de 2018. En cuanto a 2015, el segundo año con más detenciones en las últimas dos décadas, la estadística de este primer trimestre también es superior en 56 por ciento.
Muchos niños detenidos
Un fenómeno doloroso es el aumento de las detenciones de menores de edad. Al finalizar el primer trimestre de este año habían sido detenidos 11,271 niños. Una cifra que revela el rostro de la migración en tránsito por México.
De nuevo se trata de un número histórico de detenciones. Según Animal Político, el aumento es de 72 por ciento con respecto al mismo período de 2021 y 124 por ciento más que en 2020
Todavía más doloroso: De esos más de 11,271 menores migrantes detenidos, un poco más de la mitad, el 54 por ciento, son niños de entre cero y once años, 71 por ciento al alza en comparación con el año pasado.
Los países con mayor número de detenciones son Honduras, en primer lugar, seguido de Guatemala y poco más atrás, Cuba. Detrás de ellos se sitúan Nicaragua y El Salvador.
Lejos del Papa
Aunque México es un país mayoritariamente católico, lo cierto es que la nueva política migratoria de su actual Gobierno – a la que los especialistas llaman del “muro invisible” – está muy lejos de los lineamientos que el Papa Francisco ha pedido para los migrantes y refugiados.
Su presencia, ha dicho el pontífice, “como en general de las personas vulnerables, representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y de nuestra humanidad, que corren el riesgo de adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades”.
Razón por la cual, ‘no se trata solo de migrantes’ (…) significa que, al mostrar interés por ellos, nos interesamos también por nosotros, por todos; que, cuidando de ellos, todos crecemos; que, escuchándolos, también damos voz a esa parte de nosotros que quizás mantenemos escondida porque hoy no está bien vista”.
Más detenidos pero menos deportaciones
Según dijo a Animal Político Gretchen Kuhner, directora del Instituto para las Mujeres en la Migración, la explosión de detenciones es resultado de las “fuertes crisis económicas” fruto de la pandemia y de las crisis de seguridad y políticas como las más recientes en Nicaragua o Haití.
Kuhner señaló que también se ha recrudecido notablemente, en especial el año pasado y este, “la política de detención y deportación; así como la intervención de las Fuerzas Armadas en labores de control migratorio”.
Sin embargo, las detenciones no han ido de la mano con las deportaciones. México se está convirtiendo en un país de acogida. De las 77, 626 detenciones que se llevaron a cabo en el primer trimestre del año, solo se hicieron 26,113 deportaciones (34 por ciento de los detenidos).
La Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados tenía registradas a diciembre pasado más de 123,000 solicitudes de asilo; estadística que supera por mucho el último récord de 2019, de 70,000 solicitudes.