“Enterrar a los difuntos”. Es una de las obras de misericordia corporales, sin embargo ha causado indignación el gesto contrario, presente en las imágenes violentas ocurridas durante el ultimo adiós a la periodista Shireen Abu Akleh, que trabajaba para la red Al Jazeera. Asesinada en los territorios palestinos.
La denuncia de las Iglesias de Tierra Santa, en un documento conjunto, contra la actitud de “la policía israelí, que irrumpió en el hospital, faltando al respeto a la Iglesia, a la institución sanitaria, a la memoria del difunto y obligando a los portadores del féretro a casi dejarlo caer”, se lee en el comunicado publicado.
"Estamos conmocionados por la forma injustificable en que ha ocurrido y queremos denunciarlo y condenarlo de forma clara e inequívoca". Estas son las palabras del Patriarca Latino de Jerusalén Pierbattista Pizzaballa sobre el comportamiento de la policía israelí en el funeral de la reportera, Shireen Abu Akleh, refiriéndose a la carga de los agentes contra los que llevaban el féretro en el funeral.
Los líderes, prelados y fieles cristianos de Tierra Santa condenaron lo que llaman un acto de invasión y un uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía israelí, que atacó a los presentes en el cortejo fúnebre, los golpeó con porras, utilizó granadas de humo, disparó balas de goma y atemorizó a los pacientes del hospital.
Violencia hasta casi hacer caer el féretro
“La policía irrumpió en un hospital cristiano, faltando al respeto a la Iglesia, al propio hospital y a la memoria del difunto, y obligando a los portadores del féretro a casi derribarlo".
La voz de los representantes cristianos se alzó ante esta grave violación de las normas y reglamentos internacionales, incluido el derecho humano fundamental a la libertad de religión, que también debe respetarse en un espacio público.
“El Hospital de San José siempre ha sido con orgullo -continúa el comunicado- un lugar de encuentro y curación para todos, independientemente de su afiliación religiosa o cultural, y pretende seguir siéndolo.
Lo ocurrido el pasado viernes hirió profundamente no sólo a la comunidad cristiana, a las Hermanas de San José de la Aparición, propietarias del hospital, y a todo el personal del mismo, sino también a todas las personas que han encontrado y encuentran paz y hospitalidad en ese lugar.
Las monjas y los empleados del Hospital mantendrán su compromiso para que el centro siga siendo un lugar de curación. El trágico episodio del pasado viernes hace que este compromiso sea más fuerte que nunca”.
Shireen Abu Akleh
Shireen Abu Akleh, de 51 años, periodista durante más de 20 años para Al Jazeera, era respetada por todos los que la conocían, incluso en los medios de comunicación israelíes. El 11 de mayo, cubría una operación del ejército israelí en un campo de refugiados de la región de Jenin, en el norte de Cisjordania. Llevaba un chaleco antibalas en el que se veían claramente las palabras "prensa".
Según otros periodistas presentes en el lugar de los hechos, Shireen Abu Akleh no estaba en el centro del fuego cruzado, como puede ocurrir en las zonas de conflicto. Al parecer, la periodista fue atacada y recibió un disparo en la cabeza.
El Papa y los periodistas asesinados durante su trabajo
El papa Francisco recientemente ha recordado ha agradecido a los “periodistas y periodistas que, para asegurar la información (en la guerra en Ucrania), ponen en riesgo su vida. Un servicio que nos permite estar cerca del drama de esa población y evaluar la crueldad de una guerra” (06.03.2022).
Francisco durante el viaje de regreso de Malta también recordó a los periodistas que han muerto en la guerra en Ucrania: “me gustaría dar mis condolencias por sus colegas que han caído…en el servicio para el bien común. Para dar información…Fueron valientes y rezo por ellos para que el Señor recompense su trabajo” (03.04.2022).