San Pablo nos dio una receta muy sencilla para la santidad, está en la Biblia
“No puedes ser medio santo. Debes ser un santo completo”
Santa Teresita de Lisieux
Hoy me he llenado de una ternura infinita, he sentido un gran amor que me rodea, me inunda, me llena y se desborda.
He pasado en oración, en la presencia amorosa de Jesús, hablando con Él, contándole mis afanes, mi vida.
Y aunque sé que Él ya lo conoce todo, también sé que le agrada escucharlo de nuestros labios. Nos presta atención como si nadie más en el universo importara. Eres tú y Jesús.
Leí este versículo de la Biblia:
“Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva”
Juan 4, 10
Le he pedido esa agua viva y le digo: “Dame Tú de beber, Señor”.

Ama tú a Jesús
He sentido también un profundo dolor en su Sacratísimo Corazón. Le duele tu indiferencia a su amor.
La indiferencia de sus amigo, sus elegidos, llamados a la santidad, le duele infinitamente.
Está pasando en este momento. Recibe de muchos solo ingratitudes, indiferencias, sacrilegios y frialdades. Jesús le dijo a santa Margarita María Alacoque:
“Lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado”.
Y añadió:
“Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud”.
¿Qué podemos hacer para consolarlo?
Es muy sencillo. Haz lo que Él te pide.
Sé un verdadero cristiano. Luego sé santo, como nos pide Dios. Con esto lo consolarás y serás la alegría de Dios, quien te mirará complacido.
Yo, ¿santo?
No es tan difícil como parece. A menudo recibo e-mails de los lectores que amablemente me preguntan qué hacer. Suelo aconsejar a todos una buena confesión. De allí parte todo.

No puedes caminar en la presencia de Dios lleno de pecados y esperar que te mire complacido.
Entonces confiésate y haz propósitos de enmienda. No puedes seguir con esa persona que “sabes” no te pertenece.
Rompe las cadenas de la pornografía. No lo vea más. No será fácil, pero si acudes a la Virgen María y le pides que te auxilie ella lo hará.
Qué sabroso es vivir bajo la protección de la Virgen.

Dios te ha dado muchos dones. Úsalos.
“Cada uno de nosotros ha recibido su talento y Cristo es quien fijó la medida de sus dones para cada uno».
Efesios 4
La receta bíblica de la santidad
¿Sientes la inquietud? ¿Te gustaría ser santo? San Pablo nos dio una receta muy sencilla para la santidad. Abre tu Biblia y sigamos leyendo Efesios 4:
Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad.
- Por eso, no más mentiras; que todos digan la verdad a su prójimo, ya que todos somos parte del mismo cuerpo.
- Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, pues de otra manera se daría lugar al demonio.
- El que robaba, que ya no robe, sino que se fatigue trabajando con sus manos en algo útil y así tendrá algo que compartir con los necesitados.
- No salga de sus bocas ni una palabra mala, sino la palabra que hacía falta y que deja algo a los oyentes.
- No entristezcan al Espíritu santo de Dios; este es el sello con el que ustedes fueron marcados y por el que serán reconocidos en el día de la salvación.
- Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad.
- Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo.
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