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La señora de los cometas
“Las estrellas se miran de noche y preferentemente en invierno”. Extraño pero cierto, el hombre mira hacia el infinito cuando está en la oscuridad y al frío. La frase es de Amalia Ercoli Finzi, compartida durante la reciente entrevista en el programa Vite – l’arte del possibile en SkyTg24.
Es una observación muy simple y técnica, nada que ver con las grandes intuiciones de esta científica italiana. Sin embargo, pensar en ella como una niña, en una noche de invierno con los ojos levantados hacia el cielo, es una imagen que dice mucho sobre ella y de nosotros. Somos el deseo de una conexión con el infinito, y este deseo no surge de una quietud acalorada, sino de momentos en los que el frío aviva el alma. ¿Es posible que estemos perdidos y que seamos tan pequeños?
Levantamos los ojos para entender si podemos llamarlo hogar. Amalia Ercoli Finzi ha sido definida como “la señora de los cometas” por los más de diez años de trabajo desarrollados en la misión espacial Rosetta. Algo la une a los señores del cometa, los Reyes Magos. Porque mirar hacia arriba no es mecánico, no es una diversión, sino una fuerza de atracción. Alguien nos atrae desde el fondo del universo.
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La ciencia es una mujer
Nacida en 1937. De ella se recuerda que fue la primera mujer en Italia a graduarse en ingeniería aeronáutica. Ingresó al Politécnico de Milán en octubre de 1956, había 5 chicas y 650 chicos. Hoy todavía está allí como académica y docente, está estudiando sobre cómo aterrizar una tripulación humana en Marte y cómo construir un jardín botánico en la Luna. Las últimas noticias dicen que dos rovers de la ESA que serán enviados en busca de “vida” en Marte llevarán el nombre de Amalia en su honor.
A diferencia de muchos discursos retóricos sobre la escasa presencia de mujeres en el mundo de la ciencia, Ercoli Finzi es franca y directa:
De niña luchó por convencer a sus padres de ir al liceo científico y luego a ingeniería, no se contemplaba que la mujer accediera a un estudio de tipo científico. Había otras disciplinas pensadas para las mujeres. Y Amalia salta más allá de las etiquetas con un chiste, enmarca su figura como una mujer íntegra:
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Constelaciones humanas, no individuos
Además de su carrera personal como investigadora y científica, Amalia Ercoli Finzi también es docente. En la vida privada tiene una familia numerosa, 5 hijos y una nieta. No grita a los cuatro vientos de haberse realizado en lo privado y profesionalmente. Desde una mente matemática, conduce todo a la evidencia de los datos reales: si haces algo que te entusiasma en el trabajo y en el hogar, encontrarás la manera de dedicarte a ambos. El chiste que hizo en el programa Soul de Mónica Mondo para resumir que cosa es la familia: 49 pares de ropa interior para lavar cada semana. ¿Hay mejor síntesis de lo que es ser madre? Es presencia y cuidado, que es una mirada naturalmente acogedora de la pluralidad.
En la universidad ha llevado la misma mirada:
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Y siempre, sobre la enseñanza, tiene un consejo maternal para sugerir. En la época de las habilidades y los talentos, el verdadero desafío es dejar en los jóvenes no tanto las habilidades sectoriales, sino la actitud abierta hacia la realidad propia de los científicos. Estamos dentro del mundo de manera universal (en el sentido etimológico por la cual todo desemboca en la unidad, cada fragmento de nuestra vida) y no hay mejor aliado que la razón:
Una conciencia lógica y trascendente
Desde la razón al cielo, hay un solo paso. Porque la razón no es una caja sino una ventana, pone al ser humano en condiciones de experimentar el conocimiento sin la presunción de una reducción del cosmos a tamaño humano. A la clásica y fatídica pregunta “¿cómo conciliar fe y ciencia?”, Amalia Ercoli Finzi responde ante todo con una sonrisa. Signo de una serenidad subyacente, a años luz del gruñido cómplice de ciertos intelectuales que quieren convencernos de una teoría.
Como científica, la profesora Ercoli Finzi responde observándose a sí misma: el hombre es lógica pero también trascendencia. Hay espacio para una mirada analítica que observa y crece gracias a la investigación científica, pero también hay otra -igualmente real- del cual no tenemos las herramientas para analizar, pero que ciertamente existe porque está enraizada en las cuestiones últimas que nos llevan dentro. . Quién sabe cuántos ángeles hay en la habitación con nosotros ahora mismo, pero no tenemos las herramientas para verlos, señala al periodista.
Y aquí el círculo de la historia vuelve al punto de partida, a la niña que mira las estrellas, de noche y en invierno.
Aquí hay un ser humano completo que mira el cosmos, está el ojo que observa y el alma que desea. En una palabra: hay una conciencia. Amalia Ercoli Finzi merece el título completo de “señora de las cometas”. En esta época de gente sedienta de “seguidores”, es emocionante que un científico nos sugiera que sigamos el rastro de las estrellas. Esto nos recuerda que nuestra posición estructuralmente más completa es con los pies en la tierra y la cabeza hacia arriba.