Imagino que a estas alturas el mundo entero conoce lo que ocurrió anoche en el Santiago Bernabéu. Minuto 89. El Real Madrid perdía y estaba eliminado. Necesitaba 2 goles y ya nadie creía en el milagro. En ese momento, un joven jugador brasileño, Rodrygo Goes perseguía con determinación un balón y conseguía marcar un gol. Ya sólo hacía falta uno.
Esta vez no iba a ser posible. Eso pensaban muchos, pero no Rodrigo y el Real Madrid. Un centro de Carvajal que roza Asensio y que finalmente cabeceaba Rodrigo al fondo de la red. Se desataba la locura. El Santiago Bernabéu volvía a vivir una noche mágica. ¿Cómo era posible? ¿Cómo se puede explicar racionalmente esta locura?
Rodrigo Goes, en una intervención para la televisión, nada más terminar el partido daba una explicación: “No puedo explicarlo. Dios me miró a mí y me dijo ‘hoy es tu día’
Una explicación que, para un mundo acostumbrado a no hablar de Dios, a evitar siquiera nombrarlo puede ser llamativa. No para Rodrygo que, en varias ocasiones ha mostrado su sentimiento religioso. Una frase que no debe interpretarse como que Dios interviene en un partido de manera directa; tampoco que Dios es madridista y que no quería que ganaran los “citizen”. Más bien es una frase de agradecimiento a Dios por lo vivido.
Poner a Dios en primer lugar
Es la confianza de alguien que tiene puestas sus ilusiones y aspiraciones en Dios. Ha soportado lesiones, ha soportado momentos de crisis deportivas y suplencias. No se vino abajo y de alguna manera ese trabajo y esa constancia tuvo resultado.
Como él explica: Dios le dijo a Rodrigo: “Es tu día”. Esa inspiración, ese día, ese gran momento le llegó haciendo lo que mejor hace: jugar al futbol, trabajando. Ojalá su inspiración y agradecimiento nos sirva a todos para esperar con constancia y humildad que llegue nuestro momento de éxito, que llegue nuestro día.
Hoy celebramos a...