Notable invento, la granada de mano medieval. Un descubrimiento que revela cómo utilizaban armas y recetas secretas para sus explosivos
Nadie espera una granada de mano medieval. Nadie más que los Monty Python, quienes mencionan los explosivos medievales (la «Granada de mano sagrada de Antioquía») en su clásica parodia de la Leyenda del Rey Arturo de 1975, Monty Python y el Santo Grial.
Ahora, un equipo de arqueólogos canadienses y australianos les dan la razón. Han encontrado lo que creen que es una granada de mano del siglo XI o XII en los Jardines Armenios de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Este es el segundo descubrimiento de la era de las Cruzadas realizado en Jerusalén en menos de un mes. El anterior fue una enorme losa de piedra marcada con el grafiti centenario de los peregrinos. Se ha revelado que son los restos del altar medieval original de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Como explica Amanda Borschel-Dan en su artículo para el Times of Israel, un equipo de investigadores dirigido por el profesor asociado de la Universidad de Griffith, Carney Matheson, analizó los residuos que se encuentran dentro de cuatro recipientes de cerámica esféricos con forma de granada.
Tres de los contenedores, encontrados en el sitio de un palacio real cruzado, se usaron para contener aceite para alimentos, medicinas y perfumes. Pero el cuarto parece haber sido utilizado para almacenar productos químicos, «o puede haber contenido los ingredientes químicos para un dispositivo explosivo, similar a una granada medieval».
Las granadas medievales no son invención de la famosa compañía de comedia surrealista británica. El estudio, publicado en PLOS One, explica que “relatos históricos, como el asedio de Jerusalén en 1187, reportan armas consistentes con granadas lanzadas contra la ciudad por las fuerzas de Saladino”.
Después de probar minuciosamente los residuos de los recipientes (a través de varios procesos microscópicos y espectroscópicos diferentes), el estudio concluyó que el tipo de material explosivo que contenía el recipiente no era el polvo negro relativamente común conocido en China y Medio Oriente alrededor del siglo XIII, sino más bien un material producido localmente.
Borschel-Dan señala, en una entrevista con IFLScience, que Matheson explicó que algunos textos árabes de la era de las cruzadas podrían contener recetas para estos explosivos, pero que son difíciles de descifrar: «Estas eran armas secretas y no necesariamente querían decirles a todos exactamente cómo hacerlos».
Sin embargo, se sabe que estos explosivos incluían grasas vegetales y animales. En recipientes similares los investigadores han encontrado ácidos grasos y niveles relativamente altos de mercurio, azufre, aluminio, potasio, magnesio, nitratos y fósforo.