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La iglesia María Magdalena de Monimbó en la ciudad de Masaya, a unos 30 kilómetros al sur de Managua en Nicaragua, se convirtió una vez más en noticia por su fiesta pintoresca.
Lo propio la parroquia San Miguel Arcángel de Masaya. De fondo una tradición en la que los dueños acuden sus perros en procura de la bendición de San Lázaro. Se trata de una fiesta antes del inicio de Semana Santa en la que los creyentes piden al santo, patrono de pobres y enfermos, por salud o cura de enfermedades.
Para ello concurren con sus perros, de todas las razas y colores, con la particularidad de presentarlos disfrazados de diversos personajes o con coloridos vestidos.
Este año, la fiesta tuvo lugar este domingo 3 de abril. Sucedió aún en medio de la pandemia del coronavirus, por lo cual también la celebración cargada de devoción, cantos y colorido se vio a acompañada de medidas de bioseguridad como el uso de la mascarilla.
San Lázaro en imágenes (galería):
¿Qué hay detrás de esta tradición?
El encargado de ofrecer una respuesta fue el padre Edwin Román desde Masaya, quien hace un tiempo en diálogo en Aleteia contó los pormenores de esta tradición:
“Masaya, ciudad ubicada pocos kilómetros al sur de Managua celebra cada año, domingo antes al Domingo de Ramos, la fiesta a San Lázaro, ‘tradición única con mucha fe y piedad popular’, tienen un toque de colorido y folklore porque ponen mucho ingenio al disfrazar a sus mascotas, (payasos, mariposas, soldados, deportistas, políticos, princesas.)”, había expresado el padre Edwin Román a Aleteia.
“Con esta tradición, los masayas mantienen vivo el legado de generaciones que se originó en la Parroquia Santa María Magdalena en el barrio indígena de Monimbó, (reconocido por que sus habitantes sufren hoy en día represión del actual régimen, muchos de ellos se han desplazado dentro del territorio o han tenido que cruzar fronteras huyendo)”, proseguía en ese momento.
«Los promesantes de Masaya y pueblos vecinos vienen a presentarles a sus mascotas dando gracias porque quizás superaron alguna enfermedad, queman candelas, traen flores en su mayoría flores silvestres, reparten refrescos, lo que llamamos aquí en Nicaragua ‘chicha’ de maíz o jengibre», indicaba.
El padre Edwin, vinculado a la iglesia de San Miguel y reconocido como “ángel” de Masaya, también señalaba en ese entonces que otros promesantes suelen ocurrir ese día a dar gracias a Dios por la sanación de enfermedades de la piel.