La localidad de Huancayo, ciudad capital de la región de Junín en Perú, se convirtió en epicentro de violentas manifestaciones en los últimos días. Las expresiones incluyeron, por ejemplo, bloqueos de carreteras, destrozos y saqueos.
De fondo, un conflicto que derivó en un paro calificado de “indefinido” de transportistas de carga pesada y trabajadores agrarios. En esa instancia surgieron reclamos por el alza de los precios de los combustibles, además de otros como el incremento de los precios de los fertilizantes.
Una situación que se ha visto incrementada a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania. Pero que es algo que también golpea a varios países en cuanto al precio de los alimentos y productos de primera necesidad.
En las últimas horas, tal cual informaron medios como La República, los ministros junto a representantes de los transportistas y gremios agrarios llegaron a un acuerdo en Huancayo. Pero no todos quedaron satisfechos.
Debido a esto, a pesar de la normalidad por estas horas en Huancayo luego de actos de vandalismo y saqueos, la situación de tensión persistía. Por ejemplo, se anunciaban paros para este 4 de abril en la zona norte, centro y sur del país.
En tanto, también se confirmó que la crisis desatada en Huancayo ya ha dejado cuatro fallecidos y 22 personas detenidas.
Un llamado al diálogo y prevención de conflictos
En las últimas horas, en medio de esta situación, también apareció la voz de la Iglesia. Por un lado, el arzobispo de Huancayo, el cardenal Pedro Barreto. Fue él quien hizo “un llamado a la unidad y diálogo entre todos los sectores de la sociedad, a fin de asegurar la paz” (Ver aquí informe Agencia Andina).
Pero también lo hizo la propia Conferencia Episcopal Peruana (CEP) a través de un mensaje titulado «El diálogo y la prevención de conflictos son el camino para el bien común». Se trató de un mensaje firmado por el presidente del Episcopado Peruano y también arzobispo de Trujillo, monseñor Miguel Cabrejos.
Además de rechazar el uso de violencia que se vivó en estos días en Perú, Cabrejos también se refirió al derecho de la ciudadanía a protestar, pero no afectando el libre tránsito de las personas.
«La Iglesia reconoce el legítimo derecho a la protesta, amparado en nuestra Constitución Política (Artículo 2), y condenamos la violencia expresada en el bloqueo de carreteras porque impide el libre tránsito de personas y el transporte de alimentos. La alimentación de todo ser humano es un derecho que debe estar garantizado», sostuvo.
La línea de Cabrejos también ha sido la de la promoción del diálogo, pero también con el llamado a quienes tiene que encontrar soluciones a los conflictos sociales a actuar de forma preventiva (y no reactiva).
“Esperamos que la identificación oportuna de controversias permita evitar hechos de violencia como los que hemos visto durante esta semana en diversas partes del país”, sostuvo Cabrejos (Ver mensaje completo en sitio web de la Iglesia de Perú).