El papa Francisco ha recibido a las delegaciones de los Pueblos Indígenas de Canadá en la Sala Clementina del Vaticano esta mañana, 1 de abril de 2022.
En su discurso, Francisco ha pedido perdón a los representantes de los indígenas de Canadá.
Lo ha hecho después de escuchar esta semana los horrores cometidos durante décadas en los internados de la Iglesia católica justificados por motivos evangelizadores, pero “desarraigando” y forzando a los nativos.
“A través de vuestras voces he podido ver por mí mismo y llevar con gran tristeza en mi corazón las historias de sufrimiento, privaciones, trato discriminatorio y diversas formas de abuso sufridas por varios de vosotros, especialmente en los internados”.
Frecuente mentalidad colonial
Francisco hace silencio y continúa:
“Es abrumador pensar en la voluntad de crear un sentimiento de inferioridad, de hacer que alguien pierda su identidad cultural.Cortar las raíces con todas las consecuencias personales y sociales que ello ha supuesto y supone”.
Francisco denunció las “colonizaciones ideológicas, políticas y económicas” que atentan contra la dignidad y la identidad de los pueblos originarios e impulsadas “por la codicia”, “la sed de ganancias”, sin cuidado alguno de las “tradiciones” de las comunidades y del “Cuidado de la Casa Común”.
“Lamentablemente – dijo – es muy frecuente esta mentalidad colonial”, al mismo tiempo que invitó a superarla.
Indignación
El Papa lamentó que “hacer que alguien pierda su identidad cultural, cortar sus raíces”, se traduce en “traumas no resueltos, que se han convertido en traumas intergeneracionales”.
Por todo lo anterior, el Papa dijo que sentía “indignación y vergüenza”.
“Indignación, porque es injusto aceptar el mal, y es aún peor acostumbrarse al mal, como si fuera una dinámica ineludible causada por los acontecimientos de la historia.
No. Sin una firme indignación, sin memoria y sin el compromiso de aprender de los errores, los problemas no se pueden resolver y vuelven.
Lo vemos en los últimos días en relación con la guerra. La memoria del pasado nunca debe sacrificarse en el altar del supuesto progreso”.
Vergüenza
El Papa dijo con voz firme que sentía “vergüenza”. Y reiteró, dado que se lo había dicho en los encuentros de la semana con las delegaciones separadamente:
“Siento vergüenza, dolor y pena por el papel que varios católicos, especialmente los que tienen responsabilidades educativas”.
El Papa lamentó dolorido el papel que tuvieron estos católicos que participaron en “los abusos” contra los pueblos nativos de Canadá que faltaron de “respeto a vuestra identidad, a vuestra cultura e incluso a vuestros valores espirituales”.
Perdón
“Todo esto es contrario al Evangelio de Jesús”, dijo el Papa.
Visiblemente tocado, el Pontífice sostuvo:
“Por la deplorable conducta de esos miembros de la Iglesia católica pido perdón a Dios y quiero decirles de corazón: lo siento mucho.”
Luego afirmó: “Y me uno a mis hermanos obispos de Canadá para pedirles disculpas”.
“Es evidente que no se pueden transmitir los contenidos de la fe de una manera ajena a la misma fe:
Jesús nos enseñó a acoger, amar, servir y no juzgar; es terrible cuando, precisamente en nombre de la fe, se rinde un contratestimonio al Evangelio”.
Por otro lado, el Papa también resaltó el grano en medio de la cizaña, pues afirmó que pensaba con gratitud “en tantos buenos creyentes que, en nombre de la fe, con respeto, amor y bondad, han enriquecido su historia con el Evangelio”.
Viaje a Canadá
El papa Francisco también prometió que viajaría a Canadá, probablemente en julio, e indicando que podría ser en proximidad de la fiesta de Santa Ana, 26 de julio, patrona de Quebec.
“Me alegra, por ejemplo, pensar en la veneración que se ha extendido entre muchos de vosotros por santa Ana, la abuela de Jesús. Este año me gustaría estar con vosotros en esos días.
Hoy necesitamos reconstituir una alianza entre abuelos y nietos, entre ancianos y jóvenes, premisa fundamental para una mayor unidad de la comunidad humana”.
Gesto histórico
El Papa realizó con gestos y palabras algo que cumple con las expectativas de las comunidades indígenas de Canadá, las cuales pedían al Papa que hiciera enmienda pública.
Efectivamente, así fue tras una serie de reuniones, a lo largo de la semana, en el Vaticano con 32 representantes de los pueblos nativos que viajaron a Roma acompañados por obispos de ese país.
El papa Francisco presentó su disculpa formal a los pueblos indígenas tras el descubrimiento de más de mil tumbas cerca de antiguos internados, donde los niños habían sido aislados de sus familias, como política de asimilación forzada.
Entre finales del siglo XIX y la década de 1980, unos 150.000 niños indígenas, mestizos fueron sacados a la fuerza de sus comunidades y llevados a 139 internados.
Miles de ellos murieron, en su mayoría de hambre, enfermedades (pandemia de la “española”) o por falta de cuidados, en lo que el Comité para la Verdad y la Reconciliación llamó “genocidio cultural” (2015). Además de sufrir abusos de poder, conciencia y sexuales.
La voz de las comunidades indígenas:
Fred Kelly, anciano de las Primeras Naciones, abrió hoy el momento de oración con el Papa por las víctimas de los internados.
En el Sala Clementina se escucharon tambores, cantos y oraciones en la lengua de los métis y de los inuits.
“Su Santidad”, dijo el Anciano Fred Kelly, “mi querido hermano. Estamos profundamente agradecidos de que hayáis recibido a nuestra delegación de Ancianos”.
“Que el Creador bendiga nuestro encuentro para que podamos caminar hacia el futuro” y “encontrar la reconciliación y la curación que necesitan las primeras generaciones”.
A continuación, el anciano Kelly rezó para que todos los niños arrancados de sus familias y desaparecidos de forma anónima en las tumbas, “vuelvan con las personas que les querían y sus padres y familiares encuentren paz y consuelo“.
El Papa: Gracias al valor de Iglesia en Canadá
“Como todos sabemos, Padre Santo, nuestra historia reciente está marcada por el estigma de los fracasos y de los errores en el amor al prójimo, en particular con respecto a los miembros de las naciones que están presentes en Canadá desde hace siglos”, dijo el Presidente de la Conferenza Episcopal del Canada, Mons. Raymond Poisson.
“Nuestro deseo de reconciliación es aún más grande”, añadió el también obispo de Mont-Laurier y de Saint-Jérôme.
“Nuestra presencia aquí es un testimonio de nuestro compromiso con los demás y para los demás”.
Por último, cabe anotar las palabras del Papa dirigidas a los obispos de Canadá:
“Hermanos obispos: ¡gracias! Gracias por su valor, gracias. En la humildad se revela el Espíritu del Señor. Ante historias como la que hemos escuchado, la humillación de la Iglesia es fecunda. Gracias por su valor”.
Al final de la Audiencia, el Papa impartió su bendición y saludó a las delegaciones de los pueblos indígenas de Canadá en inglés.