El papa Francisco ha recibido hoy en audiencia a un grupo de indígenas de las Primeras Naciones de Canadá, acompañados por algunos obispos canadienses.
Los pueblos originarios canadienses piden justicia al Papa por los abusos perpetrados por miembros del clero contra infantes y familias en nombre de la “evangelización”.
Esta semana, el Pontífice ha encontrado a otros grupos de indígenas canadienses que han venido hasta Roma para buscar la “reconciliación”.
Además para “exigir” al líder de la Iglesia Católica que pida perdón en nombre de la institución por los abusos cometidos.
Asimismo por el escándalo suscitado por el descubrimiento de fosas comunes adyacentes a internados católicos; donde se encontraron restos humanos de infantes y por casos sistemáticos de abusos sexuales, de conciencia y de poder.
Ambiente de escucha y cercanía
El Vaticano ha informado que la reunión se desarrolló en un “ambiente de escucha y cercanía” con un grupo de 20 indígenas este jueves. El encuentro entre el Papa y los representantes indígenas canadienses es sucesivo a las reuniones del pasado lunes con los métis y los inuit (28.03.2022).
Un día antes de realizar su 36º viaje apostólico a Malta, el Papa volverá a encontrarse en audiencia con los tres grupos de indígenas y obispos.
Francisco se dirigirá a ellos en la Sala Clementina del Vaticano.
El discurso del Papa es muy esperado. El viernes, se descubrirá si el Sucesor de Pedro acatará las solicitudes de los representantes indígenas.
La delegación inuit ha pedido ayuda al Papa para extraditar a un sacerdote acusado de abusos que ha huido a Francia.
Natan Obed, presidente de la Inuit Tapiriit Kanatami, anunció que había pedido ayuda al Papa para resolver el "caso especial" del padre Johannes Rivoire.
El sacerdote francés de 91 años, antiguo misionero y miembro de los Oblatos de María Inmaculada, ha sido acusado de abusar sexualmente de menores en la comunidad inuit y vive en Francia desde 1993.
Los inuit piden al Papa que hable con el padre Rivoire para que viaje a Canadá y enfrente los cargos que se le imputan.
También sugieren que el Pontífice trabaje con el gobierno francés para que extraditen al sacerdote.