"Hasta que la muerte nos separe". Es la promesa que se hicieron ante el altar Margaret y Derek en el año 1950 y que han mantenido hasta el fin de sus días.
Eran novios desde los 14 y nunca se había separado. Pero ahora, siendo los dos ancianos y estando muy enfermos, habían sido trasladados de su casa en Partington al hospital de Trafford (Reino Unido), pero se les situó en distintas habitaciones.
Margaret tenía COVID-19 y los médicos pronosticaban que le iban a quedar pocos días de vida. Tampoco la salud de Derek era muy halagüeña. Además, en el hospital también se contagió.
Al saber que la muerte estaba cerca, este matrimonio quiso pasar los últimos momentos el uno junto al otro, como habían estado haciendo nada menos que durante 70 años.
A Derek se le informó de que su esposa estaba a punto de morir y pidió al equipo médico que se le permitiera estar con ella. La familia estaba de acuerdo. Era un momento crucial y propiciar que uno y otro se encontraran junto a su ser más querido iba a ser reconfortante para los dos.
Su hija Bárbara quiso narrar en las redes sociales lo que sucedió. Derek y Margaret se encontraron, cada uno en su cama de hospital, y pudieron así estar unidos.
"Al menos estuvieron juntos"
"Aunque romántico, fue un momento muy triste. Al menos estuvieron juntos", dijo Bárbara.
Ella hizo una fotografía de este último encuentro. Es la viva imagen del amor que se da por entero sin saber de edad ni de condición física. Habla de los tesoros de la humanidad en pandemia. En ella se ha visto cómo surgía lo peor, pero también lo mejor, y ahí Derek y Margaret nos dejaron su ejemplo.
Margaret murió el 31 de enero en su cama del hospital. Tres días después, fallecería Derek.
Bárbara tuvo un gesto de agradecimiento a los sanitarios que atendieron a sus padres en los últimos días de sus vidas.