El Papa Francisco ha enviado un mensaje a los habitantes de la isla de La Palma animándolos a no "bajar los brazos" y tener esperanza.
Tras un mes del final de la erupción, Francisco hace sentir su cercanía a todos los afectados y cuantos se encuentran en la isla, impulsándolos a seguir en la reconstrucción necesaria que se requiere día a día:
Francisco finaliza asegurando su oración por todos y pidiendo oraciones. Para quienes no rezan, les pide su "buena onda".