Vivir en la tierra y al mismo tiempo en el cielo, probar la salvación estando en el mundo
Jesús quiere que me salve con el mundo, porque en su cruz todo el mundo ha sido ya redimido.
Quiere que ame a los hombres en este mundo. Quiere que me vincule con el corazón en paz. Decía el padre José Kentenich:
“Me está permitido vincularme a personas y a cosas. A bienes y posesiones, a poder y prestigio. Me está permitido vincularme a ello. Es sano y normal que así sea. Debo reconocer realmente el sentido de las cosas, experimentarlo de forma sana, es decir, experimentar el proceso de vinculación. Pero debo experimentar también el proceso orgánico de traspaso“.
Soy capaz de vivir apegado al mundo y al mismo tiempo libre de sus esclavitudes. Apegado a su verdad que me hace libre y rechazando esas mentiras que me esclavizan.
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