Black Friday en la fábrica de bebés: descuentos si compras ahora

En estos días, el algoritmo nos asedia con una sucesión de noticias sobre la “industria de la reproducción humana”. Estas son historias trágicamente predecibles, dadas las premisas, porque muestran los abominables efectos secundarios del negocio de la maternidad subrogación en la piel de bebés reales.

Madres que eligen la fecundación in vitro y descubren, a los pocos meses, que la hija a la que están amamantando, cambiando, acariciando, presentando a hermanos y abuelos no es suya.

Error (in) humano. Puede suceder, ¿verdad? Probablemente haya algún pequeño artículo escrito en el contrato para regular estos casos, y también se proporcionarán la correspondiente compensación.

Curiosidad: ¿cómo se calcula el inmenso daño que le causan a un niño estos errores? ¿Qué tablas usan? Ah no, por ahora solo es cuestión de complacer a los adultos, verdugos sentimentales, y a la vez víctimas de estas desventuras biotecnológicas.

También de las páginas de Avvenire descubrimos otra historia en la que la víctima es una niña; que ahora solo tiene un año, pero que ya ha sufrido casi todas las injusticias que se pueden sufrir a su edad.

Concebida in vitro con los gametos de alguien que le será para siempre desconocido, implantada en el útero de una mujer a la que no podrá llamar madre; dejada durante un año en Ucrania al cuidado de una niñera contratada por la pareja italiana compradora; que finalmente la ha abandonado; o más bien así lo dedujo la cuidadora, desde que dejaron de pagarle.

A causa del Covid y el cierre de las fronteras, se ha conocido el caso de 46 niños “almacenados” en un hotel de Kiev esperando que los padres (compradores) vinieran a recogerlos.

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Ha habido tanta retórica sobre el sufrimiento de estos pseudo-padres, mientras que todos los hombres y mujeres de al menos discreta voluntad deberían haber levantado una ola de indignación en defensa de esos niños, sus vidas, sus necesidades.

Decenas de niños, decenas de historias heridas por la voluntad de adultos, que sobre ellos y su ser tan lindos, gorditos, dispuestos a amar a quien los cuida, han puesto en marcha un negocio cada vez más próspero y descaradamente, diabólicamente inhumano.

Y eso sigue creciendo: parece que cuanto más grave es una cosa, mejor es hacerlo a gran escala, con descaro y arrogancia a la luz del sol.

La empresa, por ser una empresa que obtiene ganancias con procesos internos, realizados por profesionales remunerados para tal fin, es igual a los dos casos que acabamos de mencionar, BioTexCom, merece otros títulos impactantes por sus estrategias de marketing.

A estas alturas ya nos hemos acostumbrado todos: gracias a la cultura made in USA, nos hemos enterado que el primer viernes de noviembre después de Acción de Gracias está dedicado a los descuentos. Ahora nosotros también hemos impuesto el Black Friday.

Y dado que toda empresa necesita vender para mantenerse en el mercado, intenta por todos los medios incentivar la compra. Una de las técnicas de venta más consolidadas es la combinación de ventaja económica y el límite de tiempo para utilizarlas.

Así que, señoras y señores, no se lo piensen más; construyan la familia que desean de una vez por todas. Del 15 al 26 de noviembre pueden hacerlo con un 3 por ciento de descuento.

No es mucho, pero en el paquete All Inclusive Vip lo puedes sentir, son casi dos mil euros menos, y por el mismo niño, claro.

Es casi inútil proferir palabras de indignación y amargas consideraciones sobre dónde terminaremos: ya estamos acabados. Si la vida humana se reduce a un bien de consumo, si un niño no es ni más ni menos un producto que comprar, y las mujeres – o mejor dicho sólo sus vientres – son medios de producción, entonces ya está todo dicho.

Los niños se pueden comprar, vender y tirar. Devuélvalo o déjelo en la fábrica si cambia de opinión o tiene algún defecto.

Compre con descuento si alguna marca comienza a hacer promociones. Las mujeres pueden ser utilizadas y pagadas; y ni siquiera las llames así. Cuando “hacen” un bebé para otros, son solo úteros.

Tomemos un respiro. Porque no ha terminado. Y en todo caso quién sabe cuántos horrores ni siquiera llegan a la atención de la opinión pública. Hay un grito más silencioso incluso que el aborto provocado, que consiste en el sacrificio de miles de embriones que no llegan al implante en el útero; descartados por un desafortunado diagnóstico preimplantacional. O que permanecen criopreservados durante décadas, algunos para siempre.

Otra estrategia comercial aparece en la página de inicio del sitio de la misma clínica, a la que le estoy haciendo demasiada publicidad. El objetivo es siempre el mismo: presentarse como el mejor socio para la realización del proyecto de tener un hijo.

A la ya conocida y consolidada “personalización del tratamiento”, se suma la tranquilizadora voluntad de intervenir en parejas de todas las edades, sin límites. No puede faltar la amplitud del banco donante, una enorme variedad para elegir. Pero sobre todo, nos aseguran, los tratamientos se hacen solo y solo con “óvulos frescos”.

¿Lo entiendes? A las parejas que llegan a la gestante se les ofrecen óvulos frescos del día, mientras que a las mujeres que trabajan en empresas “más avanzadas” se les ofrece la posibilidad de que les extraigan y criopreserven sus óvulos como beneficio.

Un continuo desmembramiento de la integridad del ser humano. A través del sexo desde el amor, la procreación desde el sexo, la maternidad desde la feminidad, los datos biológicos desde la personalidad, la mujer desde el hombre. Aunque nuestro deseo más profundo sea precisamente el de la unidad, la integridad, la relación y el don.