El Papa Francisco explicó que no es suficiente llevar un pan o una comida al pobre, también es necesario abrir el corazón, escucharlo, compartir, y en términos concretos crear puestos de trabajo.
“A la Madre Teresa, que hizo de su vida un servicio a la hospitalidad, le gustaba decir: “¿Cuál es la mejor bienvenida?
“Una sonrisa. Compartir una sonrisa con alguien necesitado es bueno para ambos, para mí y para el otro. La sonrisa como expresión de simpatía, de ternura”.
“Una sonrisa” que dijo “acerca”, como es el estilo de Dios, porque “tu no podrías alejarte de la persona que sonríe”.
Lo dijo el papa Francisco hoy, 12 de noviembre, pidiendo de sacudir las conciencias de la hipocresía e iniciar a escuchar a los pobres en serio.
Francisco explicó que la idea de la Jornada Mundial de los Pobres no se le vino a él, si no a un hombre que había conocido los sufrimientos de quién mendiga y vive en la calle. “El Espíritu Santo estaba hablando”.
El Papa instó a “ir hacia el otro con el corazón abierto y la mano tendida. Sabemos que cada uno de nosotros necesita al otro, e incluso la debilidad, si la experimentamos juntos, puede convertirse en una fuerza que mejore el mundo”.
No insultar a los pobres
Denunció un insulto más contra los pobres. “A menudo, la presencia de los pobres se ve con fastidio y se aguanta; a veces se oye decir que los responsables de la pobreza son los pobres“.
“Un examen de conciencia sobre la hipocresía”. Dijo que un examen de conciencia es necesario, a partir de evaluar los actos individuales, así como colectivos: las decisiones tomadas en los procedimientos económicos y las finanzas. Lamentó la actitud de quienes se quieren enriquecer desmesuradamente explotando a los más débiles.
Es hora de escandalizarse de la pobreza
“Ya es hora de que los pobres vuelvan a tener la palabra, porque durante demasiado tiempo sus demandas no han sido escuchadas. Es hora de que abran los ojos para ver el estado de desigualdad en el que viven tantas familias”.
“Es hora de arremangarse para recuperar la dignidad creando puestos de trabajo”, afirmó Francisco durante el Encuentro de Oración y Testimonios en Asís, donde se ha reunido con un grupo de 500 pobres de diferentes partes de Europa y ha pasado un momento de escucha y oración con ellos.
“Es hora de volver a escandalizarse ante la realidad de los niños hambrientos, esclavizados, náufragos, víctimas inocentes de todo tipo de violencia”.
Es hora de escuchar a los pobres
El Papa dijo que es hora de escuchar el clamor de los pobres, pues “no olvidemos que la primera marginación que sufren los pobres es la espiritual”.
“Es hora de que la violencia contra las mujeres se detenga y de que se las respete y no se las trate como mercancías”.
“Es hora de romper el círculo de la indiferencia y descubrir de nuevo la belleza del encuentro y del diálogo”.
Es tiempo de encontrarse y escucharse. El Papa indicó que si la humanidad no aprende a escucharse, el final que le espera será muy triste.
El bastón del peregrino
El Papa se presentó como un peregrino y por eso, lo primero que le dieron nada más llegar, fue el manto y el bastón que suelen llevar quienes van en romería.
Una evocación del peregrino ‘pobrecito’ y mendicante de pan, abrigo y siempre ‘alegre’ en la confianza de la providencia.
“Es precisamente esto lo que considero un gran tesoro, porque no hay nada, pero lo que tenemos nos lo da la Providencia que nos ha dado este pan”, dijo el Papa recordando las palabras de San Francisco a Hermano Masseo.
Francisco utilizó el bastón durante todo el recorrido que hizo hasta la basílica de Nuestra Señora de los Ángeles. Tuvo tiempo hasta de bromear con unos peregrinos españoles: ‘Santo Padre, somos de Toledo’ – El Papa: ¿Y las castañuelas?’, respondió con una sonrisa.