Todos los 2 de noviembre a la orilla del río Tíber, al lado de la isla Tiberina, se realiza una procesión bastante llamativa y particular, organizada por “I Sacconi Rossi” (los encapuchados de rojo).
¿Quiénes son estos encapuchados?
Son los miembros de la Fraternidad de devotos de Jesucristo al calvario y de Santa María de los Dolores.
Un nombre bastante largo que los romanos abreviaron simplemente a “los encapuchados de rojo”, por el tipo de vestimenta que suelen usar, una capa larga con capucha.
La fraternidad nació en el siglo XVII y tenían la tarea piadosa y caritativa de dar sepultura digna a los ahogados en el río que nadie reclamaba.
Con los años en el pequeño cementerio que se encuentra en los subterráneos de la Basílica de san Bartolomé a la isla, empezó a quedarse sin espacio para poder enterrar los difuntos.
Por eso “i sacconi rossi” decidieron “adornar” el cementerio con los huesos de los difuntos, al estilo de los capuchinos de la calle Veneto o de la iglesia de la Oración y Muerte, siempre en Roma.
El día de los muertos
Al pasar el tiempo los encapuchados se perdieron, hasta los años 90, donde sus herederos decidieron volver y conmemorar aquellos difuntos en su día.
La fraternidad prepara una corta procesión nocturna, con su vestimenta típica, guiados con antorchas y entre cantos y oraciones dan vuelta toda la isla. Y luego arrojan flores al río en memoria de todas esas pobres almas que han muerto en el río desde la antigüedad hasta nuestros días.
La cripta puede ser visitada, la abren ocasionalmente, pidiendo cita a Roma Subterránea.
Dentro del mismo edificio, hoy se aloja la policía fluvial, que rescata y, lamentablemente a veces, recupera a los pobres ahogados en el río, como lo hacían I Sacconi Rossi.
Hoy celebramos a...